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Capítulo 750
Roy desató de nuevo su Dominio, el Dominio del Trueno Celestial. Se oyeron ruidos atronadores.
Un cuerpo superior gigantesco apareció encima de Tay.
Era un esqueleto con un cráneo de varios metros de radio. La parte superior del cuerpo medía más de diez metros de ancho, y había una enorme espada en el brazo izquierdo.
El esqueleto se encendió en llamas espirituales y se cubrió de runas.
Benedict levitaba sobre el esqueleto. Miró a Wilbur con frialdad.
Del esqueleto emanaba una amenazadora presión espiritual. Se elevaba hacia el cielo y envolvía la cima de la montaña. Era aterrador para la gente.
Era el Dominio de Tay. "Syron".
Syron era una mitología que representaba la destrucción. La leyenda decía que cuando la gente miraba directamente a Syron, no podían escapar de la muerte.
Era solo una representación de Syron, pero era lo suficientemente aterrador para la gente.
Mientras tanto, Benedict gritó. Llamas espirituales surgieron en él, e innumerables runas aparecieron en las llamas.
Tres triángulos aparecieron en sus ojos. Comenzaron a girar lentamente.
Su silueta se volvió borrosa, como si su forma física se desvaneciera del mundo.
La zona donde miraba se veía afectada.
La presión espiritual que emanaba no era más débil que la de cualquier otro experto de nivel Sombra.
Benedict desplegó su Dominio, el Ojo de Asenaji.
Se decía que los ojos de Asenaji tenían la capacidad de revertir el tiempo. La gente quedaba atrapada en el tiempo hasta enloquecer o morir antes de ser liberada. Era algo anormalmente horrible.
Andrew también gritó en ese momento.
Su cuerpo creció repentinamente hasta alcanzar los cinco metros de altura. Tenía la ropa rasgada y sólo llevaba un taparrabo hecho de energía espiritual.
Sus músculos eran tan sólidos como el acero, pero no había llamas espirituales en su cuerpo.
En su lugar, su cuerpo estaba cubierto de runas como tatuajes.
Una aterradora presión espiritual envolvió instantáneamente la cima de la montaña. Todos se sintieron presionados como si tuvieran una montaña encima.
Era un indicio de poder puro.
Era tan aterradoramente poderoso que estaba más allá de la comprensión.
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