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Una vez que hubo suficiente gente en la plaza, Catherine salió vestida con una túnica blanca de la iglesia con llamas bordadas en los dobladillos y un dragón de fuego cosido en el pecho, dando un discurso al público.
Su voz resonó en los oídos de la multitud, que no tardó en quedarse boquiabierta.
Karl no pudo evitar asombrarse ante el espectáculo.
No estaba claro dónde había encontrado Wilbur a esa muchacha. Era hermosa, y su encanto natural era perfecto para difundir la palabra de la iglesia.
Bajo la influencia de su encanto natural, todos los creyentes se harían más leales, algunos incluso se convertirían en devotos creyentes.
Estos devotos creyentes estaban muy entusiasmados con todo lo que había que saber sobre la Iglesia.
Estaban dispuestos a darlo todo por la Iglesia, incluso a ponerse en primera línea si surgía una batalla.
Con los discursos de Catherine, la iglesia ganó hasta mil creyentes en medio mes y docenas de creyentes extremistas.
Ella sola había acelerado enormemente el desarrollo de la iglesia.
En ese momento, miles de creyentes se arrodillaron en el suelo, escuchando atónitos. Incluso Karl y los demás parecían un poco aturdidos por el espectáculo.
De repente, una docena de coches entraron en la Aldea Saturno, deteniéndose ante la plaza.
Karl miró con precaución.
De los coches salieron más de veinte occidentales vestidos con largas túnicas blancas y capas de color rojo vivo.
Todos parecían en forma y musculosos. Las túnicas llevaban una cruz bordada en el pecho y una larga espada con la empuñadura en forma de cruz atada a la cintura.
Se alinearon en fila tras bajar, con expresión seria.
Por fin, el hombre que llevaba la misma túnica blanca, pero una capa roja con dobladillos dorados, salió y se dirigió a la plaza.
Karl intercambió una mirada con Dawson y Cameron y se dirigió hacia el hombre.
Dawson y Cameron también le siguieron de cerca.
"Damos la bienvenida al Arzobispo Rojo de la Iglesia de los Santos Illuminati. ¿Ocurre algo?", preguntó Karl al hombre.
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