Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 884

Ella sentía que debía esperar.

Solo esperaba que él no estuviera demasiado agotado y que no ocultara demasiado su tristeza.

...

Al día siguiente, Wilbur salió de su habitación y se echó a reír mirando hacia la luz del sol. A continuación, abandonó la Isla Lago Marino.

Wilbur y Zedeck estaban hablando del caso de los desaparecidos en la carretera.

Él escuchaba atentamente y asentía de vez en cuando.

La policía local y los agentes especiales no podían resolver el caso, por lo que era preocupante.

Sin embargo, Damon se puso en contacto con Wilbur.

Damon casi suplicó por teléfono. Le pidió a Wilbur que se pusiera en contacto con él lo antes posible y le dijo que tal vez no lo lograría.

Wilbur no pudo evitarlo y le dijo a Zedeck que primero tenía que resolver los problemas de Damon.

Zedeck frunció el ceño inmediatamente al oír eso. Dijo: "La Corporación Wright es una empresa importante en el Mercado del Sur y produce decenas de millones de dólares en beneficios. No sé hasta qué punto son graves sus problemas. No puedo creer que le esté pidiendo ayuda".

"Sí. El dinero es difícil de ganar", dijo Wilbur en tono de autodesprecio.

Damon no le daría a Wilbur su reliquia familiar si fuera un problema fácil de resolver.

Debía de estar desesperado.

Zedeck asintió y dijo: "De acuerdo. Debería ir a ver a los Wright. Llámeme si necesita mi ayuda. Tengo influencia en la provincia de Lull".

"Por supuesto". Wilbur secretamente puso los ojos en blanco.

Zedeck era el jefe de la provincia de Lull. Era natural que él tuviera autoridad.

Sin embargo, le pagaban por hacer un trabajo. No era necesario que Zedeck se involucrara, ni tampoco lo deseaba.

Los problemas de cultivadores requerían soluciones de cultivadores, a menos que alguien rompiera las reglas.

El coche salió de la autopista y llegó al Mercado del Sur tras un día de viaje.

Wilbur dejó que Zedeck saliera primero y luego llamó a Damon.

Damon preguntó con voz ansiosa cuando contestó a la llamada: "Señor Penn, ¿ya está aquí?".

"Acabo de llegar".

"Oh. ¿Podemos irnos ya?", preguntó Wilbur con indiferencia.

Sadie respondió fríamente: "Vamos".

Subieron al coche y condujeron hacia la ciudad.

Sadie preguntó de repente: "He oído que mi padre te dio el caldero de bronce para pedirte ayuda, ¿es eso cierto?".

"Así es".

Sadie pisó el freno. Se detuvo junto a la carretera y se volvió para mirar a Wilbur.

Dijo fríamente: "No sé qué hiciste para engañar a mi padre y que te diera la reliquia familiar. Te digo que el caldero es una pieza de bronce antigua de valor incalculable. Será mejor que me lo entregues. De lo contrario, ¡esto no va a terminar!".

Wilbur se quedó estupefacto. Después de un momento, preguntó: "¿Te parezco un estafador?".

"¿Admitiría un estafador que es un estafador?", replicó ella con frialdad.

Suspiró y dijo: "Tu padre me está esperando. Vámonos".

"Puede que mi padre haya perdido la cabeza, pero yo no. Nuestra empresa se enfrenta a algunos problemas, pero confío en que podamos resolverlos. Será mejor que entregues el caldero de bronce antes de que te metas en problemas", dijo Sadie con voz severa.