Verla así, me parte el corazón, si bien apenas voy conociendo a Ana, sé claramente que esas lágrimas van cargadas de un incómodo dolor.
Yo me siento a su lado y la abrazo, dejo que llore, no la inundo de preguntas, solo escucho cómo llora y trata de controlarse de manera torpe.
- Ana, dime ¿Qué te sucedió? Por favor… Estoy al borde de un colapso, no sé cómo ayudarte, no sé qué debo hacer… - Digo con total franqueza.
- Alexis, sé que estás hablando con la verdad, pero, yo no he sido totalmente honesta contigo… - Dice Ana entre lágrimas y su respuesta me hiela la sangre.
Mi cabeza comienza a girar rápidamente, montones de dudas comienzan a saltar, siento que se me quiere salir el corazón, ¿De qué estará hablando? ¡No lo sé! Pero voy a averiguarlo.
- ¿Por? ¿A qué viene esto?
- Alexis… Hoy vino Diego a mi apartamento, el golpe que tengo en mi rostro, él me lo dio… - Dice llevándose ambas manos a la cara.
Yo solo siento como algo dentro de mí, comienza a calentarse, no sé qué es, pero tan pronto menciona; uno a Diego aquí, me molesta, me irrita, dos, me dice que ese idiota le levanto la mano, tres, verla llorar por algo que no puedo comprender al cien por ciento.
- Ana… Esto no se va a quedar así, lo sabes, ¿verdad? – Respondo con la mayor tranquilidad posible.
Ana me mira y comienza a hablar, me cuenta una historia que ocurrió hace 5 meses, me dice cada detalle, me cuenta con puntos y comas, lo que en aquella época sucedió. Si estaba molesto, ahora estoy lo que le sigue de furioso, quiero agarrar a ese tipejo, quiero torturarlo una y otra vez hasta que suplique por perdón, quiero destrozarle las piernas para que el muy maldito no pueda seguir en pie.
Sé que es una reacción y deseo exagerado, pero, independientemente de si Ana es mi pareja o no, también tengo una hija, sea como sea nuestra relación, no quisiera que la vida le ponga a algún hombre así.
Quisiera levantarme e ir a buscarle, pero es una reacción un tanto estúpida, por ahora solo puedo ayudar a Ana aquí, ella me necesita más aquí, a su lado que destrozándole las piernas a un idiota que acaba de cavar su propio hoyo.

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