Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 10

Guadalupe asistió al banquete con la esperanza de familiarizarse con la clase alta de Los Angeles. Después de todo, era la gerente general del grupo Aranda y no la esposa de Aritz.

A diferencia de las mujeres, a los hombres de negocios les preocupaba más si Guadalupe tenía voz en su cooperación con el grupo Aranda.

Por esa razón, mucha gente fue a saludarla. Demasiadas charlas de negocios hicieron que Guadalupe se cansara.

Por lo tanto, encontró una excusa para terminar la conversación con un hombre y se dirigió al comedor.

Dejó su vino tinto y tomó un vaso de jugo. Cuando levantó la vista, vio que Olivia y sus amigas irrumpieron en la sala.

"Guadalupe, estás lejos de poder estar aquí. ¿Lograste entrar después de ligar con un mujeriego?".

Después de mirar a Olivia, Guadalupe sonrió: "Si no sabes lo que es correcto, deberías volver a la escuela. Aprende más esta vez para que no vuelvas a deshonrar la fama de tu familia".

"¿Cómo te atreves a insultarme? Solo espera. ¡Les pediré a los guardias de seguridad que las echen a ustedes dos!", gritó Olivia enojada mientras señalaba a Guadalupe y Ainoa.

Con eso, Olivia salió corriendo a buscar a los guardias de seguridad.

Guadalupe sonrió mientras miraba a las personas a su alrededor. Como Olivia ella misma se buscó la humillación, Guadalupe no la detuvo.

Poco después, Olivia regresó con un guardia de seguridad, lo que naturalmente llamó mucho la atención en el banquete.

Olivia se acercó a Guadalupe y Ainoa y las miró con arrogancia. Entonces, les dijo al guardia de seguridad: "Las dos se colaron aquí. No pueden tener una carta de invitación. ¡Sácalas de aquí!".

El guardia de seguridad dudó cuando vio los hermosos vestidos de Guadalupe y Ainoa. Después de todo, no podía permitirse el lujo de ofender a ninguna de las mujeres ricas.

Él no se movió, por lo que Sara dijo apresuradamente: "Apresúrate y échalas de aquí. Esta mujer es una villana vanidosa. Probablemente esté aquí solo para ligar con hombres, ¡señoras, tengan cuidado de que no les robe sus joyas!".

Con eso, la gente alrededor comenzó a chismear. Al guardia de seguridad no le quedó otra opción que dar un paso adelante y decir: "Señoritas, lo siento. Por favor, váyanse de inmediato".

"Soy Guadalupe. Esta es mi carta de invitación. Por favor, revísela". Guadalupe sacó su carta de invitación con calma.

"¿Dices que estropeé tu vestido?", preguntó Guadalupe mientras levantaba una copa de vino tinto de la mesa junto a ella.

"Soy una chica que perdona. Todo lo que tienes que hacer es inclinarte y aceptaré tu disculpa". Aunque Olivia no quería dejar ir a Guadalupe, sabía que tenía que contenerse.

Guadalupe sonrió: "Srta. Ávila, qué indulgente".

Hizo una pausa por un momento: "Por cierto, me gustaría preguntar cuánto cuesta tu vestido".

"Es una edición limitada y cuesta 100,000 dólares. No puedes pagarlo".

Guadalupe levantó las cejas y caminó directamente hacia Olivia con la copa de vino tinto en la mano. La miró con frialdad y dijo: "Lo siento, Srta. Ávila. Nunca me disculpo por algo que no hice y como me está pidiendo que me disculpe, me aseguraré de hacerlo".

Mientras Guadalupe hablaba, arrojó el vino sobre la cabeza de Olivia.

"¡Ah!". Olivia dejó escapar un grito.