Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 104

Guadalupe estaba atónita. En el siguiente segundo, fue jaloneada hacia los brazos de Noah.

Ella fue abrumada por el olor corporal de Noah. Guadalupe levantó la cabeza y lo miró. "Es demasiado cruel, Noah".

Cuando Guadalupe dijo esto, apretó los dientes y tembló mucho.

Observando sus pestañas temblorosas, Noah levantó la mano para presionar la parte posterior de su cabeza contra sus brazos. "Entonces puedes sentirte segura conmigo. Mi corazón es tierno. Si no me crees, puedes entrar y echar un vistazo".

Guadalupe estaba en los brazos de Noah. Su rostro presionado tan cerca contra su pecho que incluso podía escuchar su latido constante.

Guadalupe se calmó gradualmente.

Después de que Guadalupe recobró el sentido, apartó a Noah. "Gracias".

"Si quieres agradecerme...". Noah frunció los labios y no terminó su frase.

Guadalupe inclinó la cabeza para mirarlo. "¿Qué tal si te invito a comer la próxima vez, Sr. Chistau?".

Guadalupe sonrió de nuevo. "Tengo una reunión esta tarde. ¿Te importaría llevarme de vuelta a la oficina?".

Noah levantó las cejas. "Si no te importa, puedo venir a recogerte por la noche".

Guadalupe le miró de reojo y no respondió.

Caminaron uno al lado del otro. Ninguno de ellos miró hacia atrás. Naturalmente, no podían ver cómo Aritz se quedó parado allí con el rostro frío y los observó desde una corta distancia.

Aritz se quedó allí quieto. Pronto, las espaldas de Noah y Guadalupe desaparecieron de la vista de Aritz al doblar el pasillo.

A Aritz le vino a la mente lo íntimos que eran cuando se acurrucaban el uno con el otro, lo cual le hacía sentir muy incómodo.

Rodrigo no pudo invitar a Guadalupe a venir aquí, pero las noticias sobre el suicidio de Luna y las actividades recientes de Guadalupe seguían siendo virales en Internet. La atención pública no disminuyó. Por el contrario, más personas mostraban interés en burlarse de la familia Ávila.

Aritz era terco y evidentemente había ignorado la reputación de la familia Ávila.

Pero esto no significaba que Rodrigo pudiera mantenerse al margen.

Después de todo, todo esto fue causado por las hermanas de Ferrero.

Tan pronto como Luna se levantó, su rostro se distorsionó, como si estuviera sintiendo dolor.

Rodrigo había visto el mismo truco muchas veces cuando era joven.

Ahora que era viejo, ni siquiera parpadeó cuando vio la actuación falsa de Luna. "No soy un extraño, así que no hay necesidad de disfrazarse delante de mí".

Tan pronto como Rodrigo terminó de hablar, la expresión en el rostro de Luna se volvió aún más extraña.

Laia había estado en la familia Ávila durante cinco años. A juzgar por la actitud de Rodrigo, ella podía darse cuenta de que la razón por la que Rodrigo había venido aquí no era simple.

Laia estaba nerviosa, pero no se atrevía a traicionar su emoción. Solo podía fingir que no entendía nada. "Rodrigo, escuché de Aritz que fuiste al hospital anoche. Luna está bien. Solo hizo algo malo por impulso".

Rodrigo agitó la mano. "Puedes dejar esas excusas para otros. Tienes razón. Acabo de visitar el hospital anoche. Todavía no te has recuperado, así que no te molestaré con tonterías. Iré directo al grano. Vine aquí por una razón simple. Creo que eres lo suficientemente inteligente como para adivinar por qué estoy aquí".

Mientras Rodrigo hablaba, hizo una pausa y miró a Laia. Finalmente, su mirada se posó en Luna. "Se acordó que solo uno de ustedes podría casarse con nuestra familia Ávila. Aunque soy viejo, no soy estúpido. Todavía recuerdo el acuerdo. Pero veo que siendo joven como eres, tienes mala memoria. Después de causar tantos problemas, sé que la señorita Ferrero quiere casarse con Aritz".

"Pero hoy, solo te diré la verdad, ¡a menos que muera, tu sueño nunca se hará realidad de ninguna manera!".