Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 35

"¿Estás sorprendido?".

Noah alzó las cejas y le mostró a Guadalupe la leche caliente. "No me dejarás beber contigo en medio de la noche y tampoco me dejarás prepararte café por la mañana. Tal vez podamos tomar un refrigerio a medianoche".

Guadalupe ya tenía hambre y, tan pronto como bajó la cabeza, olió el aroma de la leche. Quería negarse, pero su estómago gruñó y la traicionó.

El sonido respondió por ella. Era la primera vez que Guadalupe se sentía tan avergonzada. "Gracias", dijo.

Si seguía diciendo que no, iba a parecer malagradecida.

Mientras hablaba, se movió hacia un lado para dejar entrar a Noah.

Sin embargo, Noah simplemente puso la leche en el porche a su lado y dijo: "Bébela y duérmete temprano".

Luego hizo una pausa y sonrió. "Buenas noches, mi futura novia".

Noah se despidió con la mano. Luego se dio la vuelta y salió al pasillo.

Guadalupe estaba un poco sorprendida. Observó hasta que Noah desapareció por la esquina. Luego se dio la vuelta y cerró la puerta.

Tenía que admitir que aparte de la naturaleza de mujeriego, no había nada malo en ser un mujeriego.

Había bebido unas cuantas copas de vino tinto esta noche, lo que le revolvió el estómago. Noah le trajo leche y todavía estaba caliente.

La mayoría de las chicas se emocionarían con este truco.

Desafortunadamente, Guadalupe era una excepción.

No sentía nada más por él aparte de sentirse conmovida en este momento.

Después de que Guadalupe bebió la leche, su estómago mejoró. Se cepilló los dientes y se fue a la cama. En unos minutos, se quedó dormida.

Temprano en la mañana del día siguiente, Guadalupe se despertó antes de que sonara la alarma.

En los días de trabajo, su reloj biológico siempre funcionaba.

Guadalupe agarró una chamarra del costado y se la puso. Cuando fue a preparar el desayuno, miró la taza en la mesa que no estaba muy lejos. Su mirada se fijó ahí por un minuto.

Sonrió y se dirigió a la cocina.

Gracias a la leche, durmió bien anoche.

Ese día había atasco y un choque en la carretera, por lo que Guadalupe estuvo atrapada en el tráfico durante más de diez minutos.

Él ya le había advertido que Noah no tenía buenas intenciones y ella aún se acercó a él.

"¡Una mujer tan estúpida no merece mi simpatía!", Aritz se dijo a sí mismo.

Miró hacia otro lado con una cara fría y el tráfico terrible enfrente lo deprimió.

Bajó la cabeza y encendió un cigarrillo. Acababa de darle una fumada cuando Guadalupe, que estaba en el auto junto a él, lo miró.

Lo reconoció de un vistazo. No esperaba ver el auto de Aritz al lado.

Ella negó con la cabeza, pensando que era un día de mala suerte.

Ella subió las cejas y apartó la mirada.

A las nueve, llamó Sheila. "Srta. Aranda, ¿asistirá a la reunión más tarde?".

"Sí. Dígale al Sr. Vega que estoy atrapada en el tráfico. Estaré ahí en diez minutos".

"Sí, Srta. Aranda".

Justo cuando colgó, el camino frente a ella se despejó.