Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 54

Después de calmarse, Mónica dijo: "Es parte de la razón".

Si no fuera por el miedo de que Guadalupe se pusiera incómoda, habría dicho que era la razón principal.

Al escuchar sus palabras, Guadalupe alzó sus cejas. "Así que ustedes aprendieron mucho de mi matrimonio fallido".

Ainoa la palmeó en el hombro. "¡Es correcto! Finalmente descubrí que no podemos ser humildes en el amor".

Mónica era realmente buena en compensarlo. Ciertamente era la amiga más cerca de Guadalupe.

"Ainoa, detente. No he movido las piernas en mucho tiempo".

Ainoa se asustó instantáneamente por la mirada de Guadalupe. "Está bien, nada".

Mientras conversaban, la puerta del ascensor más cercano se abrió. Noah salió, vistiendo un traje y zapatos de piel. Su secretaria lo siguió. A primera vista, parecía de la élite. Con sus fríos y delgados ojos, conformando en su rostro una expresión todavía más fría, se veía encantador.

Guadalupe se encontró con sus ojos cuando alzó la mirada.

Noah parecía saber que Guadalupe llevaba ahí mucho tiempo. Justo cuando salía del ascensor, él vio su rostro.

Guadalupe fue tomada por sorpresa. Antes de que pudiera reaccionar, Ainoa saludó a Noah: "¡Señor Chistau!".

Justo cuando volvía en sí, Noah se acercó. "Qué coincidencia, señoritas".

Ainoa se rio: "No, Guadalupe te está esperando. Tiene algo para hablar contigo, así que me marcharé con Mónica".

Mientras hablaba, tiró de Mónica y se puso de pie. Antes de marcharse, le guiñó un ojo a Guadalupe.

"¿Esperándome?".

Noah rio entre dientes. Guadalupe recogió su bolso y se puso de pie antes de mirarlo: "Necesito un favor de usted, Sr. Chistau".

Noah la miró, sus ojos marrones brillaron. "Entonces, ¿te importaría invitarme un refrigerio de medianoche?".

Luego agregó: "Bebí, así que no puedo conducir".

Mientras hablaba, su secretaria ya se había marchado silenciosamente.

Guadalupe entrecerró los ojos: "Yo no bebí".

"¿Nos vamos juntos?".

"De acuerdo". Guadalupe asintió.

Mientras hablaban, el ascensor más cercano se volvió a abrir. Aritz, Raúl y los otros, salieron de él.

Noah entrecerró los ojos y sujetó la muñeca de Guadalupe: "Señorita Aranda, ¿le importa? Estoy un poco ebrio".

Aritz vio esta escena cuando salió del ascensor.