Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 74

Guadalupe había hecho cosas como ponchar llantas cuando estaba en la prepa. En el pasado, hizo eso sólo porque quería desahogar su ira. Pero ahora, pensaba que era un poco infantil.

Se puso agitada cuando notó el cuchillo en la mano de Noah.

"Es muy infantil, ¿no?", preguntó Noah.

Mirando a Guadalupe, Noah se rio. Luego apuñaló con fuerza la rueda y le entregó el cuchillo.

Noah dijo: "Pero se siente genial".

Guadalupe tomó el pequeño sable y lo clavó en el otro lado de la rueda.

Noah tenía razón. ¡Se sentía realmente genial!

Guadalupe no pensó que una puñalada fuera suficiente, por lo que no pudo evitar apuñalar de nuevo.

Después de hacer esto, Guadalupe apagó la leve emoción en su corazón y siguió a Noah de regreso al coche.

El coche se alejó lentamente. Al ver el auto de Aritz por el espejo retrovisor, Guadalupe sonrió.

¡Aritz se lo merecía!

La puerta del elevador se abrió. Aritz miró a Luna. "Ya puedes volver".

Después de terminar de hablar, Aritz se paró en el elevador sin intención de salir.

Luna miró a Aritz y frunció los labios. "Arit, hay muchos reporteros abajo. ¿Quieres entrar y sentarte?".

"No es necesario. Puedes volver ahora".

Cuando la puerta del elevador estaba a punto de cerrarse, Aritz extendió la mano y presionó el botón para abrir.

Luna lo miró de nuevo. Al ver que su rostro estaba un poco frío y sombrío, no dijo nada más y de mala gana salió del elevador.

Tan pronto como Luna salió de ahí, la puerta comenzó a cerrarse lentamente.

Luna se dio la vuelta y miró la puerta, que se cerraba poco a poco. Aritz estaba parado en el elevador; estaba pensativo y no la miró ni una sola vez.

En solo unos segundos, la puerta se cerró por completo. La dulzura en el rostro de Luna desapareció. Un rastro de injusticia brilló en sus ojos previamente tiernos.

Luna sabía que Laia tenía razón. ¿No se convirtió en la novia de chisme de Aritz sólo porque parecía ser generosamente considerada?

Mientras siguiera siendo así, Aritz le daría lo que ella quisiera.

La puerta del elevador se abrió y Aritz salió con una cara sombría.

Los reporteros aún no se habían ido. En cuanto lo vieron, lo rodearon de nuevo. Sin embargo, el rostro de Aritz estaba tan frío como el hielo. Justo cuando un reportero estaba a punto de hablar, encogió el cuello y no se atrevió a decir nada al ver la cara de Aritz.

Aritz, siguiendo tan frío como el hielo, salió directamente del hotel y entró en el coche. No empezó a manejar inmediatamente.

Recordó lo que dijo Guadalupe cuando acababa de salir del elevador hace más de diez minutos.

En ese momento, acababa de salir del elevador. Separada por una distancia de más de diez metros, en el espacioso vestíbulo del hotel, Guadalupe hablaba con el reportero: "No tengo otras intenciones. Solo quiero ver qué maravillosa dama podría ser. Después de todo, el Sr. Ávila la ha amado durante tantos años. Ya la vi. Aunque suene ofensivo, tengo que decir que, en términos de apariencia, Luna no es tan guapa como yo. En términos de dinero, Luna no es tan rica como yo. En cuanto a por qué al Sr. Ávila le ha gustado Luna durante todos estos años, no lo tengo muy claro.

Oh, creo que esto es probablemente amor verdadero".

Cuando Guadalupe dijo estas palabras, mantuvo una sonrisa en su rostro. Sin embargo, sus hermosos ojos eran muy fríos. No había ni la más mínima emoción en ellos.