Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 75

Aritz recordó que cuando aquellos reporteros corrieron a asediarlos a él y a Luna, Guadalupe estaba de pie, mirándolo fríamente con los labios apretados.

Era como si ella estuviera viendo una farsa.

Aritz odiaba esa mirada, ya que estaba llena de burla y desprecio.

Al recordar esa mirada, Aritz se sintió un poco agitado.

Se sentía muy incómodo como si tuviese una suave espina en el corazón que no podía encontrar, y que tampoco podía ignorar.

Le disgustaba mucho esa sensación.

Aritz tomó un cigarrillo, se reclinó contra la ventana y lo encendió lentamente.

El olor a nicotina lo calmó un poco, pero no por mucho tiempo.

Apartó el cigarrillo a medio consumir y se alejó del hotel.

El coche se alejó a toda velocidad por el camino.

Sin embargo, Aritz sintió que algo no andaba bien después de un rato. Sus dorados ojos se volvieron fríos. Redujo la velocidad y se detuvo a un lado de la carretera.

Salió del coche y miró hacia abajo, sólo para ver que la llanta trasera izquierda se había desinflado.

La llanta estaba ponchada, y no sólo una vez.

Si continuaba conduciendo, pronto el coche lo dejaría tirado en medio de la carretera.

El incidente hizo que Aritz se agitara más aún. Sacó su teléfono y llamó a Vicente, para pedirle que buscara a alguien para que se llevara el coche.

Vicente tardó un rato en reaccionar después de colgar.

Recién había enviado el auto de Aritz a revisión la semana pasada. ¿Qué pudo pasar eso tan pronto?

Aunque Vicente estaba desconcertado, se cambió y acudió hacia Aritz.

Guadalupe y Noah permanecieron en silencio en el coche durante un buen rato. Entonces Guadalupe volteó la cabeza para mirarlo y dijo: "Noah, quiero regresar".

"¿Al hotel?".

Noah levantó las cejas confundido.

Guadalupe asintió. "¡Sí!".

Hizo una pausa para mirar las luces de neón que había adelante y sonrió ligeramente. "Quiero regresar para ver lo desdichado que es Aritz".

Noah se quedó atónito por un momento antes de reaccionar y sonreír. "Buena idea".

Condujo hasta la siguiente intersección y regresó.

Aunque tenía una sonrisa en la cara, sus palabras estaban llenas de gozo por su sufrimiento. "¿Se le descompuso el auto?".

Aritz miró a Noah y no quiso prestarle atención.

Fumó de nuevo. Cuando el humo se asentaba, escuchó a Noah hablar de nuevo. "Somos conocidos. Ahora está haciendo viento y frío afuera. Sr. Ávila, ¿le importa que lo llevemos?".

En ese momento, Guadalupe, que estaba sentada en el asiento del copiloto, giró la cabeza para mirar a Aritz. Y dijo sin prisa: "¿Y eso qué tiene que ver conmigo?".

¿Qué tenía eso que ver conmigo?

Aritz lo recordaba. Hace como un mes, cuando el coche de Guadalupe se descompuso, y él pasó por allí.

Raúl sugirió que la llevaran, pero Aritz le dijo al conductor que la ignorara. Cuando él le preguntó la razón, él le contestó así.

Sí, estaban divorciados. Así que el dilema de Guadalupe no tenía nada que ver con él.

Guadalupe había dicho que eran desconocidos ahora que se habían divorciado. Así que, como desconocidos, no tenían nada que ver el uno con el otro.

Un poco de placer lo golpeó entonces cuando miró en el espejo retrovisor que Guadalupe estaba parada en el frío viento.

Pero ahora, cuando le pasaba a él, Aritz podía sentir lo indefensa que se había sentido Guadalupe entonces.

La mano que sujetaba el cigarro le temblaba. Aritz levantó la cabeza y miró a Guadalupe directamente.