Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 81

Aritz había bebido mucho, pero su mente aún estaba alerta. Las palabras de Raúl lo habían hecho enojar.

El hecho de que Aritz estuviera borracho no tenía nada que ver con Guadalupe.

Y en cuanto a Noah, era muy gracioso. Él era un mujeriego muy conocido, pero aun así se había enamorado de Guadalupe.

Aritz empujó a Raúl, "Lárgate. No me toques".

Después de eso, Aritz volvió a mirar a Noah. "Es una pena. A Guadalupe le gusto yo, no tú".

Noah se quedó parado en el viento frío por un tiempo. Sus pensamientos se aclararon mucho.

Noah miró a Aritz y se burló.

Le dijo: "Sí, pero tú la perdiste. Ya no es tu esposa. ¡En el futuro, será la mía!".

Cuando Noah terminó de hablar, miró a Aritz por un rato y de repente sintió que no tendría que volver a verlo.

Cuanto más decepcionante fuera Aritz, mejor. Guadalupe no era el tipo de mujer que se arrepentía, especialmente cuando el hombre de su pasado no era más que un idiota.

Cuanto peor fuera Aritz, mejor se vería Noah.

Pensando en eso, Noah de repente se echó a reír. "Aritz, espero que todavía puedas sonreír el día que Guadalupe y yo nos casemos".

"¿Por qué no hablamos de eso cuando ese día realmente llegue?".

Noah recibió un puñetazo y Aritz recibió dos o tres.

Al ver que el coche de Noah se alejaba, Aritz frunció el ceño. Después de un rato, miró a Raúl y dijo: "Llévame de regreso".

"¡Está bien, Sr. Ávila, a sus órdenes!".

Raúl parecía bastante molesto, pero aun así se metió en el coche. Miró a Aritz, que estaba sentado ahí. No pudo evitar suspirar, "Creo que Noah habla en serio sobre Guadalupe".

Al escuchar sus palabras, Aritz, quien sujetaba su cinturón de seguridad, se detuvo y apretó los labios. "¿Qué, también te gusta Guadalupe?".

Raúl se quedó sin palabras. Creía que Aritz estaba soltero por una razón.

Raúl quería decir algo más, pero dado el mal genio de Aritz, decidió no hacerlo.

Veinte minutos después, el coche se detuvo frente al departamento privado de Aritz. Raúl inclinó la cabeza y le miró el rostro golpeado, sintiendo un poco de empatía. "Aritz, ¿alguna vez has pensado por qué nunca quisiste divorciarte de Guadalupe?".

Aritz, que había cerrado los ojos y fingía estar dormido, los abrió y miró a Raúl con frialdad. "Porque no tengo la intención de volver a casarme".

"Si esa persona no fuera Guadalupe, ¿te casarías con ella?".

Raúl no se rindió y siguió preguntando.

Aritz se quedó callado. Permaneció en silencio por un rato con un semblante frío. Luego dijo con frialdad: "No me gusta Guadalupe. No tienes que ponerme a prueba".