Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 80

Noah miró a Aritz. La cara de Noah no tenía el aspecto juguetón de antes.

Los ojos castaños de Noah eran fríos. "Aritz, ¿qué te parece un duelo?".

Aritz había estado fastidiando a Noah durante un largo tiempo.

Aritz se burló. "¿Dónde?".

Había una especie de frustración que Aritz no podía dejar salir.

Ahora que Noah se había acercado, Aritz no pretendía contenerse más.

"Ven conmigo".

Noah miró a Aritz, resopló y se dio la vuelta.

Raúl miró la espalda de Noah y se apresuró a dirigirse a Aritz: "Aritz, estás bromeando, ¿verdad?".

Los dos eran adultos. ¿Cómo podían pelearse con tanta facilidad?

Aritz no tenía ganas de hablar con Raúl. Tiró de Raúl y le dijo: "Conduce y síguelo".

Raúl se rio de las palabras de Aritz. "Entonces, veo que sí recuerdas que estás borracho, ¿verdad?".

Aritz le dio una patada a Raúl. Este fue sorprendido con la guardia baja y casi cayó al suelo. Después de mantenerse firme, apretó los dientes y miró a Aritz bajo la tenue luz amarilla. Al final, Raúl contuvo su ira y dijo: "¡Olvídalo! ¡Me debes una!".

Noah no eligió ningún lugar especial. Dada la hora, había muchos lugares adecuados para un duelo. Sólo necesitaban encontrar un lugar vacío.

Noah condujo hasta un parque cercano. Ya era medianoche. Nadie paseaba por aquel parque en ese momento.

Noah se quitó el abrigo, se aflojó los dos primeros botones de la camisa, salió del coche y se colocó debajo de un poste de luz.

Noah vio a Aritz salir del coche. Se subió las mangas, se acercó corriendo y le dio un puñetazo a Aritz. "¡Aritz, te he aguantado durante mucho tiempo!".

"¿Ah, así? ¡Yo también te he soportado durante mucho tiempo, Noah!".

Los dos empezaron a pelear mientras hablaban. Raúl estaba a punto de salir del coche cuando vio lo intensa que estaba siendo su pelea. Así que, mejor se quedó donde estaba.

Los dos afuera se dieron puñetazos y patadas. Se podía ver que usaban mucha fuerza. Ninguno de los dos mostró piedad.

Raúl no se atrevió a salir a parar la pelea. Si no pudiera detenerlos, probablemente saldría herido. Nadie se compadecería de él entonces.