Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 88

Después de unos minutos, Noah descubrió que Guadalupe no se movía en absoluto. Bajó la cabeza y dijo: "¿Guadalupe?".

Fue entonces cuando se dio cuenta de que Guadalupe se había quedado dormida.

Ya era su turno de recibir el medicamento. Sin embargo, no podía tomarlo debido a que sostenía a Guadalupe con las dos manos.

Noah miró a su alrededor y caminó hacia dos mujeres jóvenes. "Disculpen. Mi novia está dormida ahora, así que no puedo recibir el medicamento. ¿Podrían recogerlo por nosotros?".

Las dos mujeres los habían estado observando durante mucho tiempo, discutiendo en secreto la pareja tan tierna que eran, por lo que, asintieron de inmediato cuando Noah les pidió ayuda.

Una de las mujeres recogió el medicamento y no pudo evitar mirar a Guadalupe, quien tenía su cabeza hundida en los brazos de Noah.

Aunque solo se le veía la mitad del rostro, debido a que estaba dormida, la gente podía percibir que era muy bonita.

"Son tan tiernos. Les hemos tomado unas fotos. ¿Podemos publicarlas en línea?".

Noah alzó las cejas y las miró con gentileza. "Mi novia tiende a mantener un perfil bajo. Les agradeceré si no lo hacen. Ella está muy mal. Ya nos vamos".

Ellas asintieron inmediatamente diciendo: "Ya vimos".

Noah sonrió y salió del hospital con Guadalupe.

Al llegar a la entrada del hospital, se encontró con Aritz, quien también llevaba a una mujer en brazos.

Si Noah no estaba equivocado, la mujer en los brazos de Aritz era Luna.

Obviamente, Aritz tampoco esperaba encontrar a Noah allí. Él vio a Guadalupe en sus brazos de un vistazo.

Guadalupe, seguía dormida, con la mitad de su rostro al descubierto.

Al darse cuenta de que Aritz la miraba, Noah se giró ligeramente hacia un lado, bloqueando su vista.

Laia estaba detrás de Aritz. Cuando vio a Guadalupe, en los brazos de Noah, se detuvo un momento antes de dirigirse rápidamente hacia él.

"¡Zorra! ¿Qué le dijiste a Luna?", exclamó jalando a Guadalupe del brazo.

Noah no pudo esquivarla a tiempo, por lo que Guadalupe se despertó de golpe.

Al despertar, la luz del sol brilló en sus ojos antes de que el interrogatorio histérico de Laia explotara en sus oídos.