Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 1034

Ella levantó la comisura de sus labios y, de repente, sus dedos se movieron para acariciarle los ojos y las cejas.

Sus pestañas se agitaron pero no se movieron, y las manos que él había presionado contra el dorso de las manos de ella se aflojaron lentamente.

Poco a poco, los dedos de ella recorrieron sus cejas, sus ojos, el puente de su nariz y por último, sus labios.

Sus labios eran atractivos. Sus labios ligeramente delgados se veían algo fríos, sensuales y seductores. Cuando los labios de él se curvaban y sonreían, fácilmente conmovían las fibras del corazón de ella.

"Dijiste que tienes miedo de repetir los errores de tu padre y perder el control de tu destino. ¿Puedo entender que tienes miedo de que yo traicione tus sentimientos como lo hizo tu madre con tu padre?", habló suavemente como un dulce violín, pronunciando las palabras sin resentimiento ni ira, como la calma después de una tormenta.

Sin embargo, su tranquilidad lo hizo fruncir el ceño.

Ella también había estado así de tranquila cuando estuvieron en su apartamento la última vez. Ella estaba tan tranquila que eso lo ponía nervioso.

"Incluso cuando te dije que te amaba y que no te dejaría, e incluso cuando dijiste que me creías, nunca lo hiciste. Por eso decidiste terminar conmigo, ¿no?", preguntó ella.

Sus cejas se fruncieron aún más.

"Dijiste que me amabas y querías estar conmigo, pero cuando dijiste que me darías tu vida, es porque todavía piensas que podría traicionarte... Al igual que tu madre traicionó a tu padre", ella continuó diciendo.

La lucha cruzó por los ojos de Yi Jinli. "Con tal de que yo… te crea, ¿me amarás y volverás a estar conmigo?".

Ling Yiran dijo a la ligera: "¿Qué te hace pensar que te amaré de nuevo incluso si me crees? Tal vez me creas ahora, pero no me creerás en el futuro. Además...".

Ella retiró su mano del rostro de él, para apuntar con su dedo suavemente a su corazón. "Esto solía amarte, pero ya no".

Ling Yiran dejó escapar un largo suspiro una vez que salió de la Residencia Yi. Cuando ella dijo esas últimas palabras, todas las expresiones en el rostro de él parecieron desvanecerse.

Él no le impidió salir, pero cuando salió del salón de duelo, ella no pudo evitar mirar atrás. Vio lo solitaria y frágil que se veía la espalda de él mientras estaba de pie frente a la lápida de su padre.

Era como si él fuera el único que quedaba en este mundo.

Ella parecía sentir un dolor sordo en su corazón.

Se dijo a sí misma: 'No sientas pena por este hombre. ¡Nunca has tenido derecho a sentir lástima por él! Además, ¡somos dos horizontes que no conviene traspasar!’.

'¡Simplemente volvimos al punto de partida!'.