Adicto a amarte: La esposa condenada del Jefe paranoico y dominante romance Capítulo 769

Si antes había algo frío en él, ahora había algo hermoso y amoroso en sus ojos. Incluso su lamido del hematoma parecía seductor.

"¿Qué tal ahora? ¿Todavía te duele?", él preguntó con un susurro bajo. Él se veía tan seductor y era tan gentil con sus movimientos.

"Ya... ya no duele tanto", incluso Ling Yiran había comenzado a tartamudear un poco.

'¿Cómo podría sentir el dolor? ¡Él parece haber capturado todos mis sentidos!’.

Él le plantó besos dispersos en la marca roja de su muñeca, haciéndola tratar tímidamente de retirar la mano. Después de todo, había otras personas en el coche.

Sin embargo, él sostuvo su mano obstinadamente y no dejó que ella la retirara.

"¡No te muevas!", él dijo.

"Pero...". Ella parecía avergonzada.

"No te muevas. No debes moverte. Quédate así. De lo contrario, no sé qué haré". De repente él le imploró, y la mano que sostenía la muñeca de ella estaba temblando levemente.

Ling Yiran estaba sorprendida, sintiendo que él estaba un poco diferente de lo habitual desde que la encontró en la colina.

Sin embargo, había otras personas aquí, y había algunas cosas que ella no podía preguntar directamente.

El conductor y Gao Congming que estaban al frente estaban casi sorprendidos por lo que Yi Jinli acababa de decir.

'¿Es ese... realmente el Joven Amo Yi? ¿Cuándo ese hombre superior le ha rogado a una mujer con un tono tan suplicante?’.

Ling Yiran vaciló y no volvió a moverse.

Cuando el coche se detuvo en la entrada de la Residencia Yi, Gao Congming dijo respetuosamente: "¡Joven Amo Yi, hemos llegado!".

Sus largas pestañas negras temblaron un poco y Yi Jinli abrió los ojos lentamente. Sus brillantes ojos amorosos se voltearon hacia la persona que estaba a su lado y la sacó del coche.

"¡Ah!", gritó Ling Yiran. Su muñeca derecha estaba ahora casi entumecida por sus besos y frotamientos, y toda su sangre parecía correr hacia su muñeca.

¡Ahora, ser sacada del coche por él de esta manera la hizo perder la cabeza!

"¡Jin!", ella lo llamó, indicándole que la bajara, pero él la llevó directamente a la habitación.

Él la puso en la cama, apretó sus diez dedos entre los de ella y le puso las manos sobre la cabeza. "Dime. ¿Por qué estabas con Gu Lichen hoy? ¿Por qué te cargó en su espalda? ¿Qué le dijiste?".