Entrar Via

Adiós, mi falso matrimonio romance Capítulo 30

El auto no se detuvo en el hotel donde se hospedaban. En su lugar, Sofía pidió al conductor que se detuviera cuando estuvieran a cierta distancia del mismo, para sorpresa de Leonardo y Gerardo. Cuando el auto se detuvo, Sofía les sonrió antes de salir del auto.

-Bueno, me retiro. Ustedes continúen sin mí.

Leonardo miró hacia atrás y no dijo nada. Después de que Sofía cerrara la puerta, le dijo al conductor que empezara a conducir. Gerardo miró a Leonardo desde el espejo retrovisor para ver que estaba desplazándose por su teléfono. Luego, Gerardo miró a Sofía por el espejo lateral. Parecía una dama ingenua con su atuendo y, poco a poco, se desvaneció de su vista.

—¿Le preocupa a Sofía que alguien se tope con nosotros y lo malinterprete si volvemos juntos?

Leonardo no dijo nada, así que Gerardo continuó:

—Quiero decir que ella también tiene un pretendiente alojado en este hotel, así que no es bueno que nos vea juntos. Puedo entender por qué.

Leonardo lo miró despacio.

-¿Qué estás tratando de decir?

-Nada. -Gerardo se rio-. Sólo digo.

Leonardo se mofó de él, pero no dijo nada.

Por otro lado, Sofía se dirigió con calma hacia el hotel, ya que no estaba demasiado lejos de todos modos. El lugar estaba muy animado; había tiendas de venta ambulante y puestos instalados por todas partes. Sofía dio una vuelta, pero antes de llegar al hotel, se topó con una persona conocida. Al ver que Fernando estaba comprando algún tipo de recuerdo al vendedor local, Sofía se acercó a él y le dio unas palmaditas en la espalda.

—Hola.

Fernando se sorprendió, así que miró hacia atrás y se quedó mirando a Sofía durante unos instantes antes de

reconocerla.

-Oh, eres tú. No te había reconocido.

Sofía sonrió.

-¿Vas a comprar algo?

Fernando pagó rápido sus cosas antes de darle la cara.

-Cuando regresé a la playa con la medicina gástrica esa noche, ya no estabas.

—¿De verdad? Suena interesante.

Fernando también sonreía.

-¿Estás libre mañana? Si lo estás, podemos salir juntos. Hay un lugar aquí que tiene un gran paisaje, así que ¿por qué no vamos allí mañana?

Sofía frunció los labios.

-Oh, eem... —Miró a Leonardo y a Gerardo; este último se dio cuenta de su mirada, así que tiró del brazo de Leonardo, indicándole que mirara hacia ella. Cuando pasó junto a ellos, Sofía asintió-. Claro, ¿a qué hora?

Fernando se alegró de que ella aceptara.

-Vamos a hacerlo antes. Hará demasiado calor si vamos tarde. Te llamaré por la mañana sobre las cinco. ¿Qué te parece?

-Claro.

Después de eso, Sofía escuchó a Gerardo decir: -¿Escuchó eso? Van a salir juntos, solos. -No se molestó en bajar la voz.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Adiós, mi falso matrimonio