Adiós, mi falso matrimonio romance Capítulo 61

Gerardo fue muy rápido en darse cuenta. En cuanto vio la expresión que ponía Sofía, comprendió de inmediato lo que pasaba por su cabeza. Entonces, miró a Leonardo y le dijo en tono serio:

—¿Qué pasa, Jefe? ¿Pasa algo con el trabajo? Estamos de vacaciones y sin embargo sigue trabajando. Seguro que algo pasa.

Leonardo giró la cabeza para mirar a Gerardo. Después de eso, guardó su móvil. Sin embargo, no respondió a la pregunta. Por lo tanto, Sofía no pudo evitar sentir que la persona que envió el mensaje había sido una mujer. El hecho de que Leonardo enviara un mensaje a alguien fue una sorpresa para ella. Por lo general, abogaba por la eficiencia. Por eso, consideraba que enviar mensajes era un método de comunicación laborioso y que requería mucho tiempo. Sin embargo, más tarde se dio cuenta de que tal vez algunas personas tenían hábitos diferentes cuando se encontraban con distintas personas. Cuando se enfrentaba a ciertas personas, podía considerar que enviar mensajes era una pérdida de tiempo. En cambio, tal vez no lo consideraba una pérdida de tiempo cuando se trataba de otras personas. Apoyada en su silla, sonrió para sí misma. En cuanto a Gerardo, se lamió los dientes traseros y no dijo nada más. Esperaron mucho tiempo para que llegara la comida, pero ninguno dijo nada. El ambiente actual era similar al de cuando estaban en el auto. Bebiendo un poco de agua, Leonardo levantó la mirada para mirar a Sofía. Entonces, pareció recordar algo y dijo:

—Toma tu medicina.

Algunas de las medicinas de Sofía debían tomarse antes de las comidas. Por lo tanto, ella se quedó al momento desconcertada antes de emitir un sonido sin compromiso como respuesta. Rara vez se acordaba de cosas como esas. Abriendo un poco su bolso, sacó varios tipos de medicamentos y luego varias pastillas de cada tipo. Gerardo respiró rápido.

-¿Tienes que tomar todas esas justo antes de las comidas?

Ella asintió.

-Sí, estaré llena cuando termine con éstas.

Sin embargo, Leonardo se limitó a observar su medicina en silencio. Ella tragó sus píldoras con facilidad. Se las metió todas en la boca y las tragó de una sola vez con un poco de agua. Después de terminar su medicina, respiró hondo y miró hacia la cocina. De manera sorprendente, Leonardo habló en ese momento.

-¿Desde cuándo tienes problemas gástricos?

Sofía se quedó sorprendida y lo miró.

-Desde hace al menos diez años.

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