Nadie vuelve a decir nada, ni el abuelo y menos el nieto. Me quedo mirándolos de manera intercalada, trato de esperar con paciencia para que uno de los dos diga algo, pero no lo hacen y mi paciencia se acaba.
—¿Alguno de ustedes piensa decirme para que estoy aquí o piensan verse a las caras como si se retaran?
—Lo siento, muchacha.
—Puede llamarme Zoe, insisto.
—Lo siento, Zoe. No creí que mi nieto consiguiera traerte.
—Bueno señor, digamos que no le fue una tarea fácil.
Mi comentario hace que el anciano sonría, mientras que su nieto me mira como si quisiera matarme con la mirada.
Ambos nos retamos con la mirada, era muy obvio que él me decía que no dijera una sola palabra, mientras yo le respondía ¡jódete!
—Me gustaría invitarte a tomar el té.
—¿El té?
—Sí, el té.
—¿Por qué yo?
—Porque me agradas.
—Bueno, no voy a refutar eso.
Esta vez mi comentario hace que no solo sonría, sino que también ría a carcajadas. Era agradable verlo sonreír de esa manera.
—Eres muy graciosa.
—Gracias por el cumplido.
—Entonces, ¿qué dices?
—Bueno… Acepto, pero tendré que acomodar mi horario para poder pasar un tiempo con usted. Ya sabe que soy madre, también estudio y trabajo. Usted entenderá.
—¡Ya veo! Esperaré a que estés libre.
—De acuerdo, aunque con Mía aquí, creo que podremos tomar el té más tarde. Claro, si no le molesta tomar el té en esta habitación.
—No hay ningún problema, será más tarde entonces.
—Está bien.
—¿Cómo sigue tu hija?
—Está mejor, su cirugía salió muy bien. Mi abuela es quien la cuida en este momento, mientras yo voy a casa a tomar una siesta y una ducha.
—Me alegra escuchar que está bien.
—Gracias. Me retiro por ahora, pero volveré más tarde. Con permiso.
—Deja que mi nieto, Jason, te llevará a tu casa.
—Abuelo…
—No es necesario.
—Dije que la llevarás a su casa.
El tono de voz que ha usado es tan autoritario que me sobresalto y ambos respondemos al mismo tiempo.
—Sí, señor.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Adoptando a la hija del CEO