Su manera de besarme y tocarme era muy delicada, eso ya hecho que por primera vez me sintiera bien a su lado. Esa noche tuvimos relaciones de una manera que no esperaba, fue un poco doloroso, puesto a que no hacia esto con nadie. Se puede decir que soy una santa comparada con él, quien tiene mucha experiencia.
Ambos nos quedamos dormidos muy rápido, yo era quien se sentía más agotada que él. Pero, aun así, pude sentir como él me abraza por la espalda y me arrastra hasta él. El calor que transmitía su cuerpo era reconfortante, pero el temor de lo que iba a pasar después me agobiaba.
Ya eran más de la nueve de la mañana y hacía mucho sol este día. Inconscientemente, estiré mi mano hacia donde él estaba, pero me encontraba sola. Me senté en la cama y sentí un poco de dolor en la parte baja, suspiro y me levanto para arreglarme, pues pronto llegaría Layla para continuar el trabajo que teníamos en pausa.
Una vez que estoy lista, bajo las escaleras, pero antes de girar escucho dos voces. Me detengo al reconocer la voz de Jason y de Layla, me quedo quita sin mover un solo músculo para escuchar lo que hablaban antes de aparecer frente a ellos.
—Jason.
—Mmm...
—Tú... ¿De verdad te casaste? Escuché ese rumor, además... ¿Por qué Zoe vive aquí?
—Es mi esposa.
—¿Qué?
—Ya lo sabes, no necesito de tu compañía.
—Pero, los dos la hemos pasado bien siempre. Tú siempre me demostraste cuando me deseabas, ¿Por qué te casaste con ella y no conmigo? Lo prometiste.
Mi corazón comienza a latir lentamente, ¿Él se lo prometió? Si lo hizo, entonces ¿Por qué se casó conmigo? ¿Por qué yo?
—Nunca hice tal promesa.
—Puede que no lo recuerdes, pero lo dijiste. En esa fiesta, tú...
—Ah... Esa fiesta, solo lo dije para llevarte a la cama y satisfacer mis deseos, fue una promesa vacía. No eres apta para ser la señora White.
—¿Y ella lo es?
¿Lo soy? Yo también quería saber la respuesta a esa pregunta. Llevo mis manos a mi paso para hacer que se calme y comience a latir con normalidad, pero esta vez no estaba latiendo lento, sino muy rápido.
—Más que tú, por supuesto. Ella me ha dado una hija, tú no. Ahora, termina lo que tengas que hacer con Zoe, pero te lo advierto Layla, conozco tu verdadera cara y no querrás enfadarme.
—¿Me estás amenazando?
Ella se ríe por lo que ha dicho Jason, ¿Qué es lo que realmente pasaba entre ellos o qué es lo que pasó entre ellos? Esto era confuso. Si ya la tenía a ella para satisfacer sus deseos como ha dicho, entonces... ¿Por qué yo? No lo entiendo, esto es más que confuso para mí.
—Jason, yo te he amado por años. ¿Cómo puedes hacerme esto? Amor, por favor...
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Adoptando a la hija del CEO