Ella
-Entra.
La voz de Sinclair suena aún más profunda de lo habitual, y me pregunto si me lo estoy imaginando, esperé tanto como pude antes de ir a su habitación después de encontrar algo de alivio para toda la tensión sexual acumulada que ha despertado en mí, aun así, no me siento satisfecha, mi sexo sigue hinchado y palpitante de necesidad, y estoy aterrorizada de que de alguna manera él pueda darse cuenta de lo cargada de erotismo que estoy.
El problema más grande, sin embargo, es que estoy exhausta, desespero por descansar un poco, especialmente después de perder mi siesta habitual en medio de los preparativos para el festival; a medida que el embarazo avanza, no puedo evitar pensar en lo irónico que es que cuanto más cerca estoy de traer un bebé al mundo, más infantil parezco, me he vuelto excesivamente sensible, constantemente agotada, exigente con la comida, enferma la mitad del tiempo y luchando con el control de la vejiga, ¡la semana pasada lloré porque me comí todos mis aperitivos y no me quedó ninguno! y ahora esto, no puedo dormir sola.
Estoy de mal humor porque Sinclair no me arropó y no pude conciliar el sueño sin él a mi lado, así que he abandonado mi orgullo y ahora voy a él para suplicarle que me deje meterme en su enorme y cómoda cama con él.
Asomo la cabeza y contengo un gemido, la lámpara de su mesita de noche está encendida y él está apoyado en los codos, mirándome expectante con la misma intensidad oscura que siempre reserva para mí, está sin camisa, sus abdominales esculpidos brillan a la luz de la lámpara, y su cabello oscuro está despeinado sin esfuerzo; hay una sombra de barba en su poderosa mandíbula, y sus ojos verdes casi brillan en la tenue luz, no es justo que alguien se vea tan bien, especialmente cuando ya estoy apretando las piernas solo para aliviar el dolor que él plantó con su beso.
-¿Sigues despierto?- pregunto estúpidamente, olvidando que está claramente despierto y mirándome directamente.
-Sí-, la comisura de la boca de Sinclair se curva hacia arriba, y recuerdo lo suaves y firmes que habían sido sus labios en los míos, -¿está todo bien?
Entro completamente, apoyándome contra la puerta hasta que se cierra con un clic y mirando al suelo.
-No puedo dormir-, le confieso, envolviendo mis brazos protectoramente alrededor de mi cuerpo.
Sinclair se endereza un poco más, frunciendo el ceño con aparente preocupación,
-Puedo darte un suplemento-, le ofrezco, -el médico dejó algunos remedios herbales por si los necesitabas.
Mi corazón se acongoja, -no, no quiero tomar algo que me deje atontada todo el día de mañana-, razono, impresionada en realidad por mi capacidad de improvisar una excusa tan rápidamente.
-Me aseguró que no tendrían ese efecto-, Sinclair afirma simplemente, levantándose del colchón y acercándose, moviéndose con la gracia letal de su lobo.
-Aun así, nunca he probado algo así, podría tener una mala reacción-, le sugiero débilmente.
-Hmm, bueno, no quedríamos eso-, le murmura Sinclair, cerrando la distancia final entre nosotros, -¿Por qué no puedes dormir?, ¿estás estresada?, pareces un poco sonrojada.
Ahora está acariciando mi mejilla, y por primera vez tengo la sensación de que él podría estar al tanto de mi excitación, naturalmente, esto solo hace que me sonroje aún más.
-Y tu pulso está muy acelerado.
-No, simplemente no podía conciliar el sueño-, me encogí de hombros, sintiéndome cada vez más frustrada.
¿Por qué no me recoge y me lleva a la cama como siempre hace?; tal vez porque le dijiste que querías dormir sola y que no estabas interesada en su afecto.
La vocecita en mi cabeza critica, sonando aún más amarga de lo que me siento. ¿No querías que respetara tus deseos, verdad?
Oh, collate, respondo en mi mente, juro que mi conciencia se ha vuelto más y más verbal desde que quedé embarazada, y realmente no es de mucha ayuda en momentos como este.
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