Alfa, El Padre De Mi Ex Me Enamoró romance Capítulo 27

Dolor, es eso lo que siente Enola por el rechazo de su destinado, desde que despertó tres días después de haberlo marcado, él simplemente se vuelve más bestia de lo que es y se niega a la conexión que forzosamente se afianza entre ambos.

Se le ha dificultado todo debido a la debilidad de su corazón y el de su loba, no ha podido patrullar con normalidad porque en cuanto ve a un salvaje pierde el control y los mata sin antes averiguar qué es lo que quieren.

Los trillizos han notado el estado de su madre y por primera vez ella no les cuenta nada de lo que está pasando, el más frustrado es Tahiel, ver a su madre sufrir de esa manera por el hombre que tienen en el calabozo y el cual no dejan verlo, lo enfurece mucho. Nadie debe hacer sufrir a su madre.

―Naran. ―La beta giró sobre sus talones al escuchar aquella voz tenebrosamente tierna.

―Mi futuro alfa. ―Hizo una reverencia, es así como le gusta que se refieran a él, con respeto.

―Si lo haces por molestarme, es mejor que no lo hagas. ―Naran carcajeó al verle el gesto contraído.

―Vale, no lo haré, pero debes aceptar que causa gracia. ¿Por qué eres tan estiradillo? ―Enarcó una ceja al tirarle de la trenza que cae por el costado izquierdo de su cara.

―No es divertido, me gusta que se reverencien ante a mí. ―Naran alzó las cejas, si la alfa lo escucha tendría castigo. ―Vale, no pongas esa mirada. ―Sonrió como casi nunca. ―Me gusta como me obedecen sin cuestionar, eso sí, es divertido. ―Naran negó, ese niño es muy pequeño para ser tan perverso.

―¿Dónde están tus hermanos? ―Lo miró con ojos entrecerrados.

―Están con madre, la hechicera la ayuda para que no sienta tanto dolor. ―Se volvió a poner serio. ―Necesito que me lleves con el cautivo, sé que mi madre sufre por su rechazo. ―Naran se tensó. ―No quiero una negativa, si yo no cuido de mi madre, mis hermanos y yo quedaremos solos. ―Le dio una mirada intimidante. ―Me llevas tú o voy yo solo. ―Naran gruñó para sus adentros, esos niños no hacen más que darle problemas y ponerlas en situaciones desagradables con su alfa.

―Si tu madre se da cuenta, te echaré toda la culpa a ti. ―Lo señaló. ―Sé que a ti no te arrancará la cabeza.

―No deberías hablarle de esa manera a un niño de cinco años. ―La miró con el ceño demasiado fruncido, aquel gesto le provocó risa a Naran, pero la contuvo.

―Esa es la edad que tiene de haber llegado al mundo, tú pareces más adulto que yo. ―Inició a caminar. ―No te acercarás a la celda, solo mirarás a esa bestia y de una distancia prudente. ¿Estamos claros? ―Tahiel no respondió nada, por supuesto que tendrá una extensa charla con ese tipo que está haciendo sufrir a su madre.

Tanok se sentó al sentir aquel olor, fue el mismo que percibió el día del ataque y el cual parece que estaba acostumbrado, pero, sin embargo, no había olido nunca en su vida. Acercándose a los barrotes, miró en espera de que apareciera el dueño de ese aroma.

―Dame privacidad. ―Le pidió mirándola. ―Por favor, solo quiero hablar con él, no me fuerces a usar mis poderes.

—Eres un niño muy malcriado. ―Protestó molesta. ―Tu madre no les permite usar los poderes. ―Se negó.

―¿Irás de chivata? ―Le sonrió con picardía. ―Vamos, tú eres la única que me entiendes. ―La miró con ojos de cachorritos. ―¿Me negarás la ayuda para que mi madre mejore?

―¡Por Dios, qué niño más adorable! ―Naran tiró de él y tras abrazarlo inició a besarlo, Tahiel resistió lo más que pudo, odia que lo toquen, pero si ese es su precio a pagar para hablar con aquel hombre, lo pagará.

―Ya, está bien. ―La separó de él al darse cuenta de que no lo soltaría. ―No deberías de ser tan cobarde, eres grande e intimidante. ―Soltó al estar frente a Tanok quien no cabía de la incredulidad, su estupefacción lo paralizó por completo. ¿Por qué ese niño se parece a Ikal cuando tenía su edad? ¿Por qué siquiera parece una versión más pequeña de él mismo? ―Tu cobardía está haciendo sufrir a mi madre y nadie puede hacerla sufrir. ―Lo miró a los ojos así obligando a Tanok a sentirse peor.

―Tú… tú… ―Tanok por primera vez en su vida no pudo decir lo que pensaba, los sentimientos en su interior son demasiado explosivos, intensos y confusos como para poder coordinar bien su cerebro.

―Soy el hijo mayor de la alfa, de tu destinada y de la misma que ha estado sufriendo por dos largas semanas gracias a tu incapacidad de aceptar tu naturaleza. ―¿Cómo es que podía ser tan intimidante? ¿Cómo un niño puede hablarle de manera tan directa? ¿Por qué tiene el mismo color de sus ojos? Tanok no podía hacer más que preguntarse mil cosas a la vez sin poder contestarse ni una sola.

Capítulo 27: De tal Padre, Tal Hijo 1

Capítulo 27: De tal Padre, Tal Hijo 2

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