Alfa, El Padre De Mi Ex Me Enamoró romance Capítulo 34

Tanok rápidamente fue tras el vampiro, Nahil e Ikal le cuidaron las espaldas mientras los trillizos con su magia le daban la ventaja mientras cuidaban de Kunak quien aún no podía convertirse por su edad.

El salto que Tanok dio fue suficiente para alcanzar al vampiro y arrancarle la cabeza de una mordida, Huilén se aferró al lobo de su padre al verse liberada. ¿Por qué lo estaban atacando? Se preguntó la niña aterrada por todo lo que estaba presenciando.

Criaturas de todas las especies estaban ahí atacándolos como si fueran su peor enemigo, ¿Acaso había hecho algo mal? Las cosas no lucían bien para Tanok y los demás, los superaban en número y por muy fuertes que fueran, era demasiado para ellos.

―¡Estamos aquí! ―Kato llegó con un ejército de guerreros y algunas hechiceras. {Ahora todo se nivela} Inició a atacar como si no hubiera un mañana, los más ancianos tenían razón, ellos estaban en peligro.

La batalla rápidamente se inclinó al lado de los buenos y la intensidad bajó. Tanok miró a sus hijos y nieto, el verlos bien lo calmó, por un momento pensó que todos perderían la vida en ese momento.

―Finalmente sirves para algo. ―Tanok se paró frente a Kato. ―No eres tan inútil después de todo. ―Kato ladeó la sonrisa, nunca se llevarán bien.

―Y tú no eres tan invencible como lo creía. ―Lo miró con desdén, pero sin borrar su sonrisa. ―Sé que odias a los humanos, pero será mejor que se queden en ese mundo, aquí los cazarán con insistencia. ―Se puso serio. ―Deberán vivir del otro lado para evitar que las criaturas vayan tras de ustedes. ―Tanok asintió, lo mismo pensó al verse atacado, es como si desearan su muerte y la de sus hijos a toda costa.

―Te dejó a cargo del reino Lycan. ―No le hacía ninguna gracia dejar su hogar, pero su familia está antes. ―Nahil, no estás obligado a seguirme, en el mundo humano no seré un alfa. ―El beta se mantuvo impasible.

―No me interesa, soy responsable de lo que ha pasado, no dejaré de seguirlo. ―Tanok asintió.

―Niños, es hora de marcharnos. ―Los cuatro críos obedecieron la orden de Tanok.

La caminata por la montaña no fue difícil, los niños estaban bien al estar juntos y disfrutar la naturaleza, como lobos que son la batalla no fue más que una experiencia y ya está. Al llegar a una carretera, los niños fruncieron el ceño, ¿Qué era eso que estaban viendo?

―¡Corran! ―Gritó Tahiel al ver el objeto acercarse a gran velocidad, ¿Qué clase de hechizo era ese?

―Tranquilo. ―Tanok logró agarrar a su hijo y detener a los otros tres. ―Ese es un auto, los humanos los utilizan para trasladarse. ―Les explicó. ―De esa manera llegan más rápido, es como cuando nosotros tomamos nuestra forma Lycan. ―Tahiel siguió el auto con la mirada hasta que este desapareció.

―Es muy extraño aquí. ―Susurró Huilén. ―No me gusta papi, hay muchas de esas cosas. ―Tanok la tomó en brazos, sin duda será muy difícil para ellos adaptarse, incluso para él y Nahil, quien nunca había estado en el reino humano.

―¡Por el amor de los Dioses! ―Nahil señaló el cielo. ―¿Qué Dios es ese? ―Ikal miró el avión pasar y cerró los ojos con fuerza.

―Es un avión, inútil. ―Le gruñó. ―Escúchenme bien. ―Los miró con seriedad, no quiere pasar vergüenza. ―El mundo humano es muy distinto al sobrenatural, en este mundo hay enormes edificios en vez de árboles, las personas visten y huelen raro, el ruido es infernal y todos son débiles, así que se asustan de lo que no conocen. ―Miró a su padre. ―Esto no es como las montañas donde solías estar, en la ciudad no son como esos lugareños que conociste. Deben tratar de comportarse como ellos, no sobresalten… ―Los miró y cayó en cuenta, sus ropas son de la tribu, sus cabellos son característicos de su hogar. ―Lo primero que haremos es cambiarnos esta ropa.

―¿Por qué? ―Cuestionó Tanok. ―Me gusta mi ropa, con esta puedo pelear bien. ―Ikal quería volverse loco, no le pasó ni por un segundo lo que pasaría al estar con ellos ahí.

―¿Saben qué? Hay que ir por Enola antes, ha de estar aterrada en este mundo desconocido para ella. ―Tanok asintió, su hijo será la guía en adelante y deberá seguirlo a donde vaya.

No fue difícil para Tanok sentir a su destinada ni para los niños saber donde estaba. A Ikal le preocupaba que hubiera más que vampiros, pero el saber que a ellos les encanta la gloria, se quitó esa posibilidad de la cabeza.

Capítulo 34: El Rescate 1

Capítulo 34: El Rescate 2

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