Trató de no pensar demasiado y lo tomó de su brazo. Cuando se paró al lado de Huo Lichen, no pudo evitar sonrojarse. Todos a su alrededor hicieron lugar para que la pareja pase; tenían un gran respeto y miedo por Huo Lichen.
Los celos y el odio se apoderaron de Ou Nuoya al ver a Yan Wan al lado de Huo Lichen. Ella era de una familia pobre. Ou Nuoya tuvo a Yan Wan bajo su control por mucho tiempo, veía a Yan Wan como una campesina inferior y humilde, quien merecía quedar en las sombras para siempre. «¡Cómo se atrevía a casarse! Y ese hombre era Huo Lichen, quien era superior a ella en todas las formas posibles. No. Yan Wan no tenía derecho a opacarla».
—Yan Wan, ¿por qué te casas tan pronto con el señor Huo? ¿No estuviste con otro hombre en el hotel anteayer? Dios mío, ese no era tu novio, ¿no? —Ou Nuoya fingió asombrarse y se tapó la boca con la mano dando a entender que había dejado escapar un gran secreto.
Las palabras sorprendieron a Yan Wan. Se giró para mirar a Ou Nuoya con sorpresa. «¿Sabía sobre el incidente en el hotel Shangpin?»
Huo Lichen titubeó por un momento, miró a Yan Wan con interés y se preguntó dónde estuvo anteanoche.
—Señorita Ou, te sugiero que cuides tus palabras. Estás jugando con fuego con tus acusaciones sobre la prometida del señor Huo y el daño potencial para la familia Huo. ¿Eres consciente de las consecuencias? —dijo Wei Qi de forma imponente, su tono era serio y asertivo.
Era la fiesta de compromiso del señor Huo, y la pareja estaba bajo la mirada del público y la prensa sensacionalista. No iba a tolerar ningún daño hacia ellos ni hacia su reputación.
La expresión de Si Nan cambió de forma drástica, y agarró a Ou Nuoya con rapidez.
—No digas tonterías —dijo.
Ou Nuoya tenía miedo, pero no iba a dejar que Yan Wan le ganara.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ámame ya