Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1092

Cuando Charlotte llegó al portón del Distrito del Divino Santuario, ya era de noche.

El guardia de seguridad se acercó a ella de inmediato mientras Charlotte salía del coche y caminaba directamente hacia el patio sin siquiera saludarlo. “¡Deténgase! No se puede entrar sin el permiso del Señor—”.

Él tropezó hacia atrás asustado cuando vio la cara de Charlotte.

“¡Tú otra vez!”.

Charlotte no respondió. En cambio, sonrió con orgullo y levantó Encanto Plateado. Luego, disparó una bala al cielo.

Las rodillas del guardia de seguridad se doblaron. Todo su cuerpo empezó a sudar. Él miró a Charlotte, demasiado asustado para decir otra palabra. Charlotte empujó los portones para abrirlos, regresó al coche y con valentía condujo su coche hacia el patio.

El cielo se estaba oscureciendo.

Sin embargo, las luces del pasillo del primer piso estaban brillantemente encendidas.

Zachary había terminado su cena y estaba parado frente a las ventanas francesas en el primer piso, leyendo literatura clásica con una mirada indiferente en su rostro.

Charlotte ya había entrado a la sala en este punto, pero él no se había dado cuenta.

La criada que había estado limpiando en la puerta de la cocina dejó su escoba y miró a Charlotte sorprendida.

“¿Eh? Señorita Green, ¿qué hace aquí otra vez? Pensé que el Señor Connor les dijo a los guardias de seguridad que nunca más la dejaran entrar a esta casa. ¿Cómo entró?”.

Solo entonces Zachary se volteó para mirar a Charlotte.

Charlotte, que estaba a punto de responder a la pregunta de la criada, sintió que las puntas de sus dedos temblaban de miedo gracias a la mirada fría y oscura de Zachary. Ella se quedó momentáneamente sin palabras.

“Deje de molestar al Señor Connor. ¡Váyase!”.

Charlotte se sorprendió.

Entonces, ella se sonrojó intensamente. “¡No! ¡No es eso! Zachary, solo te diré la verdad. Ese día, en el hospital, tenía toda la intención de terminar contigo. Realmente nunca planeé volver a Rothesay después de irme. Regresé porque recuperé mis recuerdos”.

Una pizca de sorpresa brilló en las pupilas heladas de Zachary. Entonces, sonrió.

“Ya veo, así que recordaste tu pasado y decidiste regresar a Rothesay para poder ser la misma seductora de antes y lanzarte a los hombres”.

“¡Para nada!”. Charlotte estaba ahora frente a Zachary. Ella levantó la cabeza y miró fijamente su rostro cincelado. Sus ojos límpidos brillaron suavemente. “Porque cuando recuperé mis recuerdos, me di cuenta de que no era Sotiria Green. Soy Charlotte Simmons”.

En ese momento, Zachary, que siempre parecía imperturbable, sintió que le temblaban las manos como si le hubiera caído un rayo. Dejó caer el pesado libro de literatura clásica al suelo con un fuerte golpe.

Él agarró a Charlotte por el cuello, casi presionando su apuesto rostro contra el de ella.