Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1108

“No, no puedo…”.

La adorable niña, que era tan fría como el hielo, pero tan bella como una estatua de mármol, sacudió su cabeza vigorosamente.

“Mi papi y mi mami me dijeron que no puedo simplemente llamar a cualquiera ‘papi’. Solo tengo un papi, Señor Malo. Puedes sobornarme con chocolate todo lo que quieras, pero no te puedo llamar papi”.

Una pizca de decepción brilló en los ojos entintados de Zachary.

Luego, escuchó a Naomi reírse y decir: “¿Sabías esto, Señor Malo? Me encantan los chocolates de ‘Ositos’. Esa tienda de chocolates no está muy lejos de mi casa. Si compras uno de mis chocolates favoritos en esa tienda, te daré un abrazo o un beso”.

Zachary, que rara vez mostraba alguna emoción, en realidad mostró un toque de alegría en su rostro perfecto, como el de un glaciar.

“Si me abrazas y me besas ahora mismo, te compraré toda la tienda de chocolates”.

Naomi se apartó de los brazos de Charlotte tan pronto como escuchó esto y corrió hacia Zachary con sus piernitas.

Zachary se arrodilló dócilmente y estiró los brazos.

Naomi se arrojó a sus brazos. Tan pronto como sus tiernos labios le plantaron un beso en la mejilla, su corazón frío se derritió. Se sentía como el hombre más afortunado del mundo.

Charlotte observó la escena en silencio, con los ojos llenos de calidez.

En realidad, Naomi era una niña quisquillosa. Si no le gustaba alguien, se mantendría alejada de ellos. Aunque trataran de engatusarla constantemente sería inútil.

Naomi, que siempre había pensado en Zachary como una persona mala, había abrazado voluntariamente a Zachary e incluso estaba dispuesta a besarlo solo porque Charlotte había hablado bien de él. Eso significaba que a Naomi le gustaba sinceramente Zachary.

Podía ver que a Zachary realmente le gustaba Naomi. Sabía que Zachary realmente quería ser reconocido como el padre de Naomi.

Sin embargo, este no era el momento.

Garrison tomó el teléfono de Jordan y respondió la llamada. “¿Aló?”.

Lorraine dijo algo desde el otro lado y Garrison respondió con indiferencia: “Entiendo. Espérame”.

Luego, terminó la llamada y entró en el ascensor.

La lástima en los ojos de Jordan se intensificó mientras miraba aturdida su alta figura.

La semana pasada, después de mudarse a la Ciudad de Bahía con Charlotte, había estado tan ajetreado trabajando solo para terminar de trasladar la sede de su compañía a la Ciudad de Bahía. Durante ese tiempo, independientemente de lo ocupado o cansado que había estado, había una clara sensación de felicidad en sus ojos. Sin embargo, desde que Charlotte recuperó sus recuerdos y se separó de él, Jordan ya no había podido detectar esa sensación de felicidad en él. Sus ojos habían estado trabados en un constante estado de tristeza…

Garrison llegó a la plaza del barrio.

Lorraine, que estaba parada junto a la fuente de la plaza, corrió hacia él e inmediatamente lo interrogó cara a cara…