Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1134

La mente de Charlotte estaba zumbando. Le tomó al menos tres segundos calmarse antes de que pudiera responder.

“La conozco, pero… Mel… ¡Eso es imposible! ¡No puede ser ella!”.

“El teléfono del asesino muestra claramente los registros de la orden de Melina Shore. Mire, hay registros de transferencias bancarias que Melina le envió a los asesinos. Anoche a las 11:09 p.m., Melina Shore envió 120 monedas negras a estos asesinos. Si se convierte a dólares estadounidenses, equivaldría a 185,000 dólares”.

El policía le mostró a Charlotte el celular.

Charlotte miró fijamente la brillante pantalla del teléfono. El rostro encantador y astuto de Melina apareció ante sus ojos.

Melina la había atacado hace un mes. Había enviado a dos hombres feos para que la violaran y luego le inyectaran una especie de droga que la reduciría a una adicta.

Afortunadamente, Zachary la había salvado a tiempo.

Más tarde, Charlotte se vengó de Melina, con la ayuda de Zachary…

Ese día, Charlotte podría haber publicado las hazañas de Melina con los dos hombres feos en línea, pero al final no lo hizo. En cambio, le había devuelto el USB, que contenía ese vídeo, a Melina…

Desde entonces, Melina le había estado muy agradecida.

Charlotte recordaba claramente haberse topado con Melina en un supermercado hace poco. Melina incluso le había dicho, contenta, que estaba embarazada. Además, había tenido la amabilidad de advertir a Charlotte que tuviera cuidado con Virginia. Incluso le había dicho que de ahora en adelante serían buenas amigas.

Sorprendentemente, la disposición de Melina cambió en un abrir y cerrar de ojos. ¡En realidad había gastado tanto dinero para contratar asesinos, solo para asesinarla a ella!

¡Tenía que interrogarla!

Unos cuantos policías se quedaron para tomar fotografías del estudio de arte, reunir pruebas y ocuparse de los cadáveres.

Los policías usaron un programa para determinar el paradero del teléfono de Melina y confirmaron que ella estaba en su casa.

Charlotte les dio las gracias. Los dos policías soltaron a Melina y la vigilaron desde lejos.

Charlotte la miró hiriente. “¡Gastaste $185,000 para matarme! ¡Me sorprende cuánto me valoras!”.

Melina la miró con odio.

“Te equivocas, Sotiria. No vales ni un centavo para mí. ¡He buscado en todas partes y he pedido prestado dinero de todas las fuentes imaginables solo para reunir los $185,000 para matarte, porque el odio que tengo por ti no se puede medir ni con oro!”.

“Ya veo”.

Charlotte se rio entre dientes.

“Así que estás diciendo que siempre me has odiado. Ese día, solo expresaste tu gratitud y deseo de ser mi amiga porque querías que bajara la guardia. ¡No eran más que mentiras!”.