Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1166

Las cuatro personas pasaron junto a Zachary, cargando a Lorraine, que tenía lágrimas en el rostro.

Sin embargo, Zachary solo podía pensar en Charlotte en este momento. Nunca miró a Lorraine.

En ese momento, la puerta del Lamborghini blanco se abrió y el alto y apuesto Jebediah se acercó a Lorraine. “Bájenla”.

Los cuatro hombres se negaron a bajar a Lorraine y uno de ellos respondió: “Lo siento, Señor Valentine. El Señor Connor nos ordenó traer a la Señorita Larson aquí, así que debemos llevarla de vuelta también. No la vamos a bajar sin el permiso del Señor Connor”.

Los ojos de Jebediah parecían tan fríos como los ojos de Hades. “Soy la persona que más ama a Lory en este mundo. En comparación con ustedes cuatro, ¿no sería más seguro para ella si yo la llevo de vuelta?”.

Los cuatro hombres se miraron. No se atrevían a ofender a Jebediah, por lo que uno de ellos solo pudo mirar a Zachary con incomodidad. “Señor Connor, ¿escuchó lo que dijo el Señor Valentine? ¿Qué debemos hacer? Por favor, dénos una orden”.

Zachary miró a Jebediah sin preocupación, su voz sonaba indiferente. “Cómo sea”.

'¡¿Qué?! ¿Cómo sea? Esto… ¡¿Qué quiere que hagamos?!'.

Sin embargo, después de dejar atrás esta orden, Zachary abrió la puerta de su coche y se subió.

Los cuatro hombres se quedaron en el lugar, cargando la silla de ruedas. Continuar cargando a Lorraine no era lo correcto, ni tampoco sería bajarla.

En ese momento, escucharon a Lorraine, que antes se había mostrado reacia a hablar, decir débilmente: “Bájenme”.

“¡Sí!”. Los hombres dejaron la silla de ruedas en el suelo.

¿Desde cuándo Jebediah, el hombre que siempre había sido imperioso y autoritario, dejaría que otra persona lo abofeteara?

Sin embargo, no estaba enojado en absoluto. Su mejilla izquierda se veía tan roja como un tomate debido a la bofetada, y su piel estaba tan caliente por el dolor que parecía que la sangre estaba a punto de brotar de la superficie. Sin embargo, no culpó a Lorraine ni por un momento, y su mirada se mantuvo cálida y amorosa. “Lory, mientras te haga sentir mejor, puedes golpearme cuando quieras. No me quejaría incluso si me golpeas más allá del reconocimiento”.

“¿Oh, en serio?”. Lorraine se mofó, levantó la mano de repente y se abofeteó a ella misma fuertemente.

Los cuatro hombres estaban obviamente estupefactos.

Jebediah también se sobresaltó un poco.