Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1199

“Jordan, gracias por cuidar de Naomi y de mí todos estos años. Ahora, Garrison y yo nos hemos separado. Creo que no será fácil para nosotras volver a vernos. Cuídate”.

Jordan curvó suavemente las comisuras de sus labios, sus ojos se llenaron de lágrimas.

“Sí. Cuídate también”.

Charlotte tomó a Naomi en sus brazos, lista para irse, cuando Jordan corrió hacia adelante y acarició la cabecita de Naomi.

“Naomi, debes pensar en mí y llamarme tan a menudo como puedas”.

Naomi parpadeó con sus ojos grandes y cristalinos, extendió su dedo meñique y lo agitó frente a Jordan.

“¡Lo sé! No me olvides tampoco, ¿está bien?”.

“Está bien”.

Charlotte dio unos pasos con Naomi en brazos, luego se dio cuenta de que Jordan no había entrado en el ascensor. En cambio, permaneció parada en las puertas del ascensor, mirando reacia mientras ella y Naomi se alejaban. Sus ojos se iluminaron cuando se dio la vuelta y dijo: “Jordan, ¿te gustaría un trabajo de tiempo parcial?”.

“¿Eh?”.

El rostro literario de Jordan se llenó de evidente sorpresa.

“¿Qué tipo de trabajo a tiempo parcial?”.

“Bueno, la cosa es que…”.

Charlotte pellizcó la tierna carita de Naomi.

“Llevaré a Naomi a otro lugar para vivir y me gustaría contratar una niñera para ella. Ya sabes cómo es Naomi. No será fácil encontrar una niñera que pueda llevarse bien con ella. Tú y Naomi han sido como familia todos estos años, así que creo que sería maravilloso si fueras su niñera”.

Al notar la falta de reacción de Jordan, Charlotte continuó. “Sé que eres la asistente de Garrison, pero te garantizo que, si estás dispuesta a ser la niñera de Naomi, todo lo que tienes que hacer es recoger a Naomi de la escuela de vez en cuando, hacerle compañía en sus estudios y jugar con ella cada vez que tengas tiempo, al igual que lo has estado haciendo estos años. No afectará tu trabajo habitual. Además, haré todo lo posible para proporcionarte un pago adicional”.

“Eh… No se trata realmente del dinero…”.

Jordan miró a Naomi de manera reacia.

Charlotte se giró hacia la voz y vio a un anciano de pelo blanco con un traje impecable: él era el que la había llamado.

Charlotte supo a primera vista que se trataba del Señor Gold, el mayordomo de esta villa.

“¡De verdad es usted, Señorita Simmons!”.

El Señor Gold caminó hacia el coche de Charlotte y empujó con entusiasmo al guardia de seguridad.

“¿Qué te pasa? ¿Acaso no la reconoces? ¡Nuestra señora está en casa! ¿Cómo pudiste interponerte en su camino?”.

'¿Qué?'.

El guardia de seguridad parpadeó con fuerza.

'¿Pensé que la dueña de esta villa murió hace cuatro años? ¿¡Realmente estoy viendo fantasmas!?'.