Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1207

“Él me envió un mensaje por WhatsApp hace más de diez minutos, pidiéndome el día libre para ir de compras con su novia. Le di permiso”.

“Ya veo. Entonces no deberíamos molestarlo. Déjalo disfrutar de su salida con su novia. Yo manejaré”.

Ella se movió para cerrar la puerta del coche y sentarse en el asiento del conductor una vez que dijo su parte.

Sin embargo, el brazo derecho de Zachary de repente se envolvió alrededor de su cuerpo y la metió en el coche.

“¡Ay!”.

Charlotte aterrizó firmemente sobre el cuerpo de Zachary con un grito. Sus labios aterrizaron precisamente sobre los labios en forma de pétalo de rosa de Zachary, besándolo firmemente en la boca.

Charlotte entró en pánico. Rápidamente apartó sus labios de los de él. Su rostro sonrojado quedó suspendido unos centímetros por encima del suyo, mirándolo con nerviosismo.

“Zachary, ¿qué… estás haciendo?”.

“Dámelo”.

Zachary, que era tan frío como una montaña de hielo, soltó un aliento tan ardiente como las llamas de sus labios, dejando que rozara libremente su sensible rostro.

Las comisuras de sus labios se torcieron.

“¿Qué estás diciendo?”.

“Te deseo”. Los ojos de Zachary eran tan fríos como cristales de hielo. Surgió un resplandor en sus profundidades que se parecía a dos llamas rojas. Se veía indescriptiblemente encantador y tentador.

Charlotte entró en pánico aún más.

Todo lo que quería hacer era correr, pero el agarre de hierro de Zachary la sujetaba firmemente por la cintura. Mientras tanto, su mano izquierda la sostenía en algún lugar por encima de su muslo, dejándola incapaz de moverse.

Solo podía mirarlo mientras se sonrojaba. Los ojos de Charlotte estaban llenos de vergüenza y miseria, ellos suplicaban liberación.

“Zachary, te lo he dicho muchas veces. Incluso si quisiera volver a casarme contigo, me gustaría hacerlo abiertamente. Ahora no puedo…”.

“El hecho de que no puedas casarte conmigo en este momento no significa que no puedas ser mi mujer”.

Zachary la interrumpió. Su hermoso e incomparable rostro se acercó más y más a ella. Sus labios delgados pero ardientes se cernieron sobre ella y mordisquearon los lóbulos de sus orejas en broma.