Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1321

“Señorita Simmons, no puede irse ahora. Es posible que no veamos a nadie bajo esta luz, pero ¿y si hay fanáticos escondidos en rincones oscuros? Haremos que alguien traiga el coche. Puedes irte una vez que llegue tu coche”.

Charlotte se rio.

“¡Oye! No es como si fuera una especie de espía internacional. ¿Crees que mis fanáticos se esconderían solo para matarme? No me va a pasar nada”.

“Pero Señorita Simmons, es mejor prevenir que lamentar… ¡Señorita Simmons!”.

“¡Señorita Simmons!”.

Charlotte ya había pasado por la puerta y estaba caminando hacia la calle.

Los guardaespaldas no tuvieron más remedio que seguirla.

Charlotte se veía totalmente relajada.

Los tres guardaespaldas se veían extremadamente sombríos. Estaban atentos a su entorno, como si Charlotte estuviera en peligro de ser asesinada en cualquier momento.

En ese momento, se abrió la puerta del Porsche rojo que había estado en el estacionamiento. Entonces, una voz sonó desde el coche. “¡Felicidades, Carlie!”.

La encantadora voz, que parecía capaz de producir agua, pertenecía nada menos que a Tiffany.

Charlotte siguió la voz y vio a Tiffany salir remilgadamente del coche.

Esta noche, Charlotte estaba vestida atractiva y se veía deslumbrante.

Sin embargo, el vestido blanco perla que llevaba Tiffany era en realidad más caro y lujoso que el vestido azul cielo que Dickson escogió para Charlotte…

Charlotte frunció el ceño.

“¿Oh? ¿Me estás felicitando?”.

“¡Sí! No estuve en tu conferencia de prensa, pero vi la transmisión en vivo en mi teléfono. Te veías muy hermosa esta noche, Carlie, y también lo hiciste muy bien. Puedo decir que dejaste boquiabiertos a todos tus fanáticos. Estoy realmente feliz por ti”.

“Perfecto, ya que eres muy consciente de eso, lárgate de mi vista, o no seré tan cortés”.

“Carlie…”.

Tiffany todavía tenía algunas cosas más que decir, pero cuando notó los ojos fríos y distantes de Charlotte, gritó de miedo. “¡Ah! Carlie, no me pegues…”.

Haciendo caso omiso de su imagen, ella se dio la vuelta miserablemente y se sentó en su coche.

Los guardaespaldas se miraron unos a otros.

Charlotte sonrió.

¡Paf!

Tiffany cerró la puerta por el pánico, se aseguró de que Charlotte no pudiera alcanzarla y finalmente volvió a hablar. “Seré honesta, Carlie. Puedes hacerme todo lo que quieras, pero es en vano. Sabes quién me está respaldando, ¿no?”.