Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 147

"¿No puedes tocar primero?".

Zachary habló con voz fría a través de sus labios, plagados de gotas de agua.

Solo entonces Charlotte volvió a entrar en razón. Una reacción tardía de vergüenza la abrumó en un ataque de histeria, lo que la hizo sonrojarse furiosamente. “Ah… lo siento, lo siento. Lo siento mucho. ¡Yo... no sabía que estabas aquí! Realmente no sabía que estabas...”. Ella balbuceó eso presa del pánico, se dio la vuelta y se preparó para irse.

"¡Regresa aquí!".

La voz noble pero majestuosa del hombre sonó como un viento helado. Charlotte estaba estupefacta por la conmoción.

Ella recordó inmediatamente la primera vez que Zachary la había besado y su mirada helada. También recordó cómo casi la había estrangulado hasta matarla cuando ella había caminado dormida hasta la cama de él. Él incluso le había advertido que no se sobrepasara nunca más.

Esta vez, ella no solo había entrado al baño mientras él estaba en la ducha, sino que también lo había mirado durante mucho tiempo...

'¡Estoy perdida! ¡Ni siquiera Dios puede salvarme ahora!’. Charlotte cerró los ojos con desesperación.

Ella podía oír los pasos de Zachary acercándose cada vez más. Su cuerpo comenzó a tensarse con cada paso. Ella estaba temblando mucho.

"¿Cómo vas a explicar esto esta vez?".

La voz de Zachary estaba a centímetros de ella.

Ella se mordió los labios aterrorizada. Su voz tembló cuando respondió: "No hay nada que explicar".

"Entonces... ¿Sabías que estaba en la ducha y entraste deliberadamente para verme?". ¡La voz detrás de ella era fría pero completamente encantadora!

‘¡M*ldita sea!’.

Charlotte de verdad deseaba poder darse una bofetada en la cara.

‘Estoy al borde de la ejecución, pero ¿por qué la atractiva voz de Zachary es lo único en mi mente?’.

Charlotte respiró hondo. Ella dejó de lado toda precaución, pues sabía que estaba condenada sin importar nada. "No me creerías incluso si te lo dijera, de todos modos. Haz lo que quieras".

Zachary no fue el único que no creyó su explicación.

¡Ella no la habría creído si no lo hubiera experimentado ella misma!

’¡Debo estar imaginando esto! Su mirada es tan cálida, incluso apasionada…’.

Ella no había tenido un minuto para aclarar su mente antes de sumergirse en un estupor enamorado, como si hubiera sido drogada.

De repente, Charlotte dejó de lado toda precaución, ¡como si la hubieran hechizado!

Sus labios, que estaban a centímetros de los de Zachary, se movieron hacia él por su propia voluntad.

Zachary no evitó el avance de la mujer. En cambio, le dio la bienvenida y le dio un beso profundo.

Sus labios se encontraron.

Charlotte se sintió como si hubiera caído en un sueño, con un millón de flores abriéndose a plenitud. En ese sueño, ella tenía todo lo que quería en la vida. Ella no podía soportar irse ni tampoco quería despertar...

Ella sintió un tirón estrangulado en su piel.

Zachary había hecho un agujero a la fuerza en el pijama de ella.