Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 176

“¡Tiffany Miller! Carlie, debes recordar... Tiffany envió a alguien a matarme... ¡Debes vengarme! ¡Carlie, véngame!".

"¡No te mueras, Michael! ¡Michael!".

Charlotte se despertó sobresaltada de su pesadilla.

Una brisa cálida que le rozaba la cara fue lo primero que sintió. Entonces, para su sorpresa, esa cálida brisa era en realidad el aliento de Zachary...

Eso es porque estaba acostada boca arriba en el asiento del coche. La "almohada" detrás de su cabeza no era una almohada en absoluto, sino el regazo de Zachary.

La chaqueta de traje negra de Zachary cubría el cuerpo de ella. Él, por su parte, llevaba una impecable camisa blanca. Su cálido aliento era como una brisa primaveral para ella cuando rozaba su cabello.

'¡Ay, Dios mío! ¿Cuándo me quedé dormida? ¿Y cómo terminé durmiendo en su regazo?’.

"Estamos en casa, señor", anunció Lucas.

Charlotte se sintió aún más sorprendida.

‘¿De verdad dormí en el regazo de Zachary durante todo el viaje?’.

De hecho, había tenido una siesta muy tranquila y probablemente todavía estaría dormida si no fuera por esa pesadilla.

‘¿Y Zachary en serio me permitió usarlo como almohada? ¿No se movió en absoluto? ¿No tiene las piernas entumecidas para nada?’.

"Mjm", respondió Zachary con calma.

Charlotte no sabía cómo verle la cara a Zachary, así que decidió cerrar los ojos y fingir estar dormida.

De repente, sintió una sensación cálida en su rostro: Zachary sostenía el rostro de ella entre sus manos.

Siempre había pensado que Zachary era un hombre tosco y rudo. Después de todo, era un director ejecutivo tiránico. Para su sorpresa, en realidad fue muy cuidadoso con ella...

Todo el proceso de Zachary fue perfecto, desde levantar el rostro de ella hasta levantarla de su regazo. Charlotte no pudo sentir ningún movimiento repentino en absoluto.

Zachary tenía un brazo alrededor de la parte posterior de las rodillas de la mujer y el otro alrededor del cuello de ella. Caminaba con paso firme, como una roca enorme. Charlotte, cuya oreja derecha estaba presionada contra el pecho del hombre, solo escuchó el corazón poderoso del hombre, latiendo como un pequeño tambor una y otra vez como si estuviera golpeando en su alma.

"Ha vuelto, señor Connor... Ah, mis disculpas. No había visto... No sabía que la señora Connor estaba dormida…”. Los sirvientes bajaron la voz inmediatamente tan pronto como vieron a Charlotte con los ojos cerrados en los brazos de Zachary.

“Abre la puerta”, ordenó Zachary con tono indiferente.

"Por supuesto, señor". Un sirviente abrió apresuradamente la puerta del dormitorio de Charlotte.

Zachary acostó a Charlotte en su cama.

Charlotte finalmente se relajó cuando Zachary la bajó.

Ella admitió que se mostraba reacia a dejar el abrazo de Zachary. Los latidos del corazón y el aroma fresco único y mentolado del hombre eran irresistiblemente deseables para cualquier mujer.

Sin embargo, cada minuto que pasaba en los brazos de él la acercaba un paso más a la asfixia por el nerviosismo.