Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 200

Resumo de Capítulo 200 Una escalada épica: Amor Adictivo de CEO

Resumo de Capítulo 200 Una escalada épica – Uma virada em Amor Adictivo de CEO de Internet

Capítulo 200 Una escalada épica mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Amor Adictivo de CEO, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Romance, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.

Charlotte escuchó un zumbido en su mente tan pronto como vio a Zachary quitarse el cinturón. Ella entró en pánico. “Zachary, por favor, explícate. ¿Qué quieres?".

"¿No eres una experta quitándole los cinturones a los hombres? ¿Me estás diciendo que no entiendes?". Los ojos del hombre estaban tan fríos como el hielo. Su tono era desdeñoso y hosco.

Charlotte estaba atónita.

La imagen de Victor azotándola con un cinturón irrumpió en su mente...

"¿Vas a... golpearme?".

"Jeje...". Los ojos de Zachary brillaron con creciente desdén y frialdad.

‘¡Charlotte Simmons! ¡Ha llegado a esto, pero aún así sigue pretendiendo!’.

"¿De verdad me vas a golpear?".

Charlotte confirmó sus propias sospechas cuando Zachary simplemente se burló en silencio. Ella estaba asustada e incrédula.

"¿Qué está pasando, Zachary? ¿Qué he hecho mal? ¿Por qué me estás haciendo esto?".

Zachary la empujó hacia el sofá mientras hablaba.

“Zachary, hablemos de esto. ¿Qué he hecho para ofenderte? Yo... ¡Ay!”.

'¡Espera! No se saca el cinturón para pegarme... Entonces... ¿Por qué?’.

Los ojos oscuros del hombre noble y apuesto se volvieron fríos.

El bebé empezó a llorar y gimió en su cuna.

Sin embargo, Zachary no parecía escucharlo. Charlotte mantuvo los ojos cerrados. Ella permaneció perfectamente quieta en el sofá, su cabello desordenado cubriendo la mitad de su rostro.

El momento más oscuro de su vida fue el día de su boda, hace once meses.

A pesar de saber que ese hombre de esa noche era Zenios, el recuerdo aún le traía escalofríos. La asfixiaba.

Ahora ella se encontraba en ese mismo estado, el mismo después de que aquel hombre se fue... yaciendo aturdida, sintiendo como si todo lo que realmente le importaba hubiera sido hecho trizas por la realidad, llena de desesperación, ¡completamente vacía!

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