Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 219

Zachary sintió un tirón en las fibras de su corazón. “¿Qué sucede?”.

“Este relicario, ¿por qué lo tienes? ¿Es por Zenios?”. Charlotte estaba temblando. Ella se quedó mirando el relicario con lágrimas fluyendo libremente por su rostro.

Las aparentemente heladas pupilas de Zachary mostraron un sutil toque de maravilla. “¿Qué tiene que ver Zenios con esto?”.

“¿De dónde sacaste este relicario? ¿Te lo dio Zenios?”.

'Eso debe ser… Zenios debió haberme arrebatado el relicario después de esa noche, hace once meses atrás. Debió habérselo dado a Zachary después de eso…”.

Sin embargo, Zachary sacudió la cabeza.

“Para nada”.

Él era un poco sensible al tema. Después de todo, él todavía estaba con Lorraine cuando se acostó con esa chica. Por lo tanto, siempre había considerado esa noche su mayor vergüenza y nunca se lo contó a nadie.

Para su sorpresa, Charlotte estaba tan preocupada por esa parte de su pasado que el corazón duro y frío de Zachary se derritió. No podía soportar ocultárselo.

“Alguien me drogó hace once meses y, por algún percance inesperado, terminé acostándome con una chica esa noche. Le arrebaté este relicario a ella”.

“¡Ah!”.

Charlotte soltó un grito. Ella apartó la mirada del relicario y clavó los ojos en el rostro perfecto de Zachary.

“Pero… Pero ¿cómo es eso posible? Te lo pregunté una vez. ¡Tú y Lucas me dijeron que tu cita ocurrió en un hotel!”.

La figura alta de Zachary se congeló inmediatamente como si hubiera sido golpeado por una maldición que lo convirtió en una estatua.

Charlotte levantó la cabeza y lo miró, sonriendo a pesar de sus lágrimas.

“Bryson me dio ese relicario hace cuatro años, como muestra de su amor. Él mismo grabó esas iniciales “O & E” en ese relicario. “E” representa a Eurídice, una ninfa de la mitología griega: yo. “O” es para Orfeo, su esposo que la amaba tanto que se negó a dejar que la muerte los separara: Bryson. Esas iniciales y su representación eran una amalgama de nuestro supuesto amor eterno… No pude soportar quitármelo desde que me lo dio. Incluso lo usaba al bañarme… Hasta esa noche. No pude encontrarlo desde entonces. Ahora sé que tú lo tomaste”.

Ella notó una grieta de emoción en la fachada helada de Zachary una vez que terminó de hablar.

En el pasado, había captado indicios de una luz cálida en su mirada helada, completamente por accidente. Sin embargo, venía y se iba en un abrir y cerrar de ojos, floreciendo y marchitándose rápidamente como una reina de la flor de la noche. Ella misma se preguntaba constantemente si lo había imaginado.

Esta vez, la calidez en su mirada era tan obvia, como un sol de verano brillando sobre ella. Podía verlo muy claramente, a pesar de las lágrimas en sus ojos…