Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 230

Sin embargo, ¡ella no iba a ofenderlo a partir de ahora!

Se podían escuchar los sonidos de pasos, uno tras otro.

Lucas trajo a ocho hombres al dormitorio, dos de los cuales llevaban una cámara profesional. Los otros seis rodearon a Tiffany como lobos dando vueltas alrededor de su presa.

Esos seis hombres eran excepcionalmente feos. Ninguno de sus rostros parecía ni siquiera remotamente humano... eran tan repugnantes que era difícil mirarlos. Tiffany sintió una oleada de náuseas cuando los vio. Luego, se puso de pie y trató de escapar.

Sin embargo, una gran mano llena de callos rojos la agarró, la llevó y la arrojó sobre la cama.

"¡No me toques!".

Hicieron un gran agujero en su pijama. Luego, otros pares de manos la atacaron y rompieron su pijama en pedazos.

Los seis hombres feos nunca antes habían visto a una mujer tan delicada y hermosa como Tiffany, así que se abalanzaron sobre ella como lobos hambrientos sobre un cordero.

Charlotte, que estaba atónita junto a la cama, lo vio todo. No podía apartar la mirada.

"¿Vas a seguir viendo esto?". Un tono helado respiró gélidamente detrás de ella.

Se puso rígida de miedo y volvió la espalda contra la cama.

“Solo me sorprendió este enorme giro de los acontecimientos. No hay nada entretenido aquí".

“Entonces, ¿qué sigues haciendo aquí? ¿No te vas?". La voz de Zachary era oscura. Sus ojos eran como cuchillos.

"¿Quién dijo que no me iba? Estaba a punto de irme. Me voy ahora mismo…".

Los labios de Charlotte le dieron una sonrisa irónica. Luego, ella se alejó.

En el pasado, podría haberle rogado a Zachary que perdonara a Tiffany, luego hacer todo lo posible por encontrar pruebas en su contra para que las autoridades pudieran ocuparse de ella.

Sin embargo, después de experimentar tantas complicaciones, poco a poco comprendió que una p*rra meticulosa y manipulativa como Tiffany nunca dejaría pistas. La ley no podía encargarse de ella.

Cuando se trataba de víboras como Tiffany, ¡había que ser incluso más crueles que ella!

No iba a mostrar más piedad, y ciertamente no era tan estúpida como para interceder por Tiffany.