Das histórias de Internet que li, talvez a mais impressionante seja Amor Adictivo de CEO. A história é boa demais, me deixando com muitas expectativas. Atualmente, o mangá foi traduzido para Capítulo 232 La fea verdad sobre Tiffany. Vamos agora ler a história Amor Adictivo de CEO do autor Internet aqui.
Fue porque un hombre horrible le había puesto las manos encima.
"Mmmmm". El cuerpo de Bryson tembló violentamente junto con la silla a la que estaba amarrado.
En ese momento, Charlotte no podía evitar sentir lástima por Tiffany.
Tiffany de alguna manera se las arregló para reunir suficiente fuerza de la nada para empujar al hombre que estaba a punto de abusarla. "¡Aléjate de mí!".
Inesperadamente, esta mujer débil de repente estalló con tanta fuerza que el hombre se quedó estupefacto. Tiffany, media desnuda, de repente se subió a la cabecera de la cama y se subió al borde de la ventana.
Uno de los hombres se acercó para agarrarla. Ella gritó, pateó la mano del hombre y abrió la ventana.
"No dejaré que nadie excepto Bryce tome mi castidad, incluso si eso significa morir. ¡Si alguno de ustedes se atreve a ponerme un dedo encima, saltaré desde aquí!".
Fue tan conmovedor que los ojos de Bryson se llenaron de lágrimas.
Al mismo tiempo, la angustia que sentía dentro de su pecho empeoró debido a que no podía salvarla.
A estos seis hombres feos solo se les ordenó "divertirse" con Tiffany, y ninguno de ellos quería matarla. Por lo tanto, todos estaban perplejos por un tiempo, y algunos de ellos incluso miraron a Zachary.
Zachary, con su visión de rayos X y su pensamiento agudo, ya había visto a través de los pensamientos de Tiffany. Él sonrió irónicamente. "Bajen a esa payasa de la ventana".
Uno de los hombres feos fue inmediatamente a atrapar a Tiffany.
Tan pronto como tocó la muñeca de Tiffany con sus dedos, Tiffany gritó y saltó por la ventana.
"¡Mmm!".
"Mmmmmm...".
La preocupación y la tristeza extrema hicieron que Bryson estallara con una fuerza enorme y rompiera la cuerda y la silla de repente. No se molestó en quitarse los calcetines de la boca y bajó corriendo las escaleras como un relámpago.
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