Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 255

Zachary había sido drogado más de una vez. Por lo tanto, para evitar que se repitieran incidentes similares, siempre traía consigo un antídoto desde que el Doctor Stewart había ideado la fórmula para contrarrestar la droga.

Después de darle a Charlotte el antídoto, aunque todavía estaba inconsciente, su cuerpo se fue enfriando gradualmente. Ya no estaba actuando inquietamente.

En ese momento, el cielo estaba nublado, los truenos retumbaban y los relámpagos brillaban en el horizonte; una tremenda tormenta estaba en camino.

Sería peligroso abordar un helicóptero en ese momento, por lo que Zachary llevó a Charlotte de regreso a la playa en un bote de caucho en lugar de un helicóptero.

Aproximadamente media hora después, el bote de color blanco puro se detuvo en la playa.

Tan pronto como Zachary sacó a Charlotte del bote de goma, Charlotte abrió lentamente los ojos cuando el efecto de la droga se había desvanecido.

'¡Espera un momento! ¿No estaba en la habitación de Zenios? ¿Por qué estoy en la playa?'.

La persona que la cargaba; su cuerpo era tan duro y frío como una placa de acero, exudando un aura helada; parecía que no era Zenios…

Ella parpadeó un poco y cuando vio el rostro glacial bien definido, inmediatamente dejó escapar un grito.

“¡Ah!”.

“¡Dios Santo! Zachary! ¡¿Por qué eres tú?! Zachary…”.

Zachary dijo con indiferencia: “Es una larga historia”.

Charlotte lo miró con curiosidad. Desafortunadamente, sus labios perfectamente curvados no se volvieron a abrir y él ya no quería pronunciar una sola palabra.

'¡Está bien!'. Después de llevarse bien con Zachary por tanto tiempo, debería haberse acostumbrado a su personalidad taciturna…

La mirada de Zachary se volvió fría y el hombre dio un pequeño paso hacia atrás asustado. Sin embargo, se sacrificó por el equipo, caminó hacia al frente y dijo impotentemente: “¡Ja…! Segundo Señor, ya que es tan obstinado, solo podemos llevarlo a la fuerza. Segundo Señor, déjeme aclararle algo primero. Solo estamos siguiendo órdenes. Por favor, no nos culpe”. El hombre le hizo un gesto a los otros hombres corpulentos. “Nuestro propósito es simplemente llevarlo, no lastimar al Segundo Señor. Hagámoslo”.

Los hombres se inclinaron ante Zachary uno tras otro antes de avanzar para atraparlo.

La mirada de Zachary ya era tan sombría que podía tragar cualquier cosa en los alrededores. En ese momento, Charlotte, que estaba a su lado, se sorprendió por su aura intimidante e intensa y tuvo dificultad para respirar.

Los ocho hombres también estaban asustados por el aura majestuosa e imponente de Zachary, pero para lograr la tarea, tenían que hacer la hazaña e ir al frente.

Zachary se arremangó, mostrando sus fuertes antebrazos, y apretó los puños mientras sus metacarpianos y falanges emitían un crujido.

Parecía que una batalla feroz estaba a punto de tomar lugar.

De repente, una voz masculina profunda sonó repentinamente de la nada.