Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 277

Zachary había visto a Charlotte “lastimar” a Lorraine con sus propios ojos. Charlotte pensó que haría algo para defender a Lorraine.

Sin embargo, parecía que Zachary había olvidado por completo el incidente. Ni siquiera la reprendió.

Charlotte sabía que nunca podría convencerlo sin evidencia. Como Zachary no siguió con el asunto, ella lo tomó como una buena señal y abandonó el asunto.

Al día siguiente, Zachary se recuperó en casa mientras Charlotte fue al estudio de arte.

A las 10:15, se cansó de pintar, así que se paró junto a la ventana y miró al vacío. En ese momento, dos personas caminaban de la mano. Pensando que solo eran clientes habituales, ella los saludó sin mirarlos detenidamente.

“Si desea realizar una compra, hay etiquetas de precio en las pinturas. Las pinturas sin etiquetas de precio no están a la venta temporalmente. Por favor, disfruten del arte”.

“Solo me interesan tus obras, así que indícamelas para no tener que perder el tiempo buscando”, respondió una voz indiferente pero cálida.

'¡Espera! ¿Por qué esa voz suena como la mamá de Zachary?'.

Charlotte se dio la vuelta conmocionada y vio el rostro bien cuidado de Annalita.

“¡Cof! ¡Cof! ¡Cof!”. Charlotte se aclaró la garganta nerviosamente.

“No estás aquí para comprar ninguna de estas obras de arte, ¿verdad? ¿Hay algo que necesita?”.

Miranda, que estaba junto a Annalita, sonrió. “Vamos, ¿no es un montón de b*sura? Tenemos tantas pinturas de artistas famosos que nos hemos quedado sin espacio para colgarlas. No eres nadie famosa. ¿Por qué mi madre compraría alguna de tus obras? Mi mamá está aquí para…”.

“Mimi, ¿podrías callarte?”.

Annalita le lanzó una mirada a Miranda.

“¡De ahora en adelante, no puedes hablar sin mi permiso!”.

Miranda frunció los labios con resentimiento y le puso los ojos en blanco a Charlotte.

Charlotte se sintió realmente inquieta.

Ella solo había visto a Annalita dos veces y ambas habían terminado mal. 'Annalita no está aquí para intimidarme, ¿o sí?'.

Su demostración de afecto sorprendió a Charlotte. Ella la miró con los ojos muy abiertos y la boca colgando, temporalmente sin palabras.

“Albert, ¿podrías venir aquí, por favor?”. Annalita hizo un gesto afuera de la puerta.

Pronto, el mayordomo y conductor personal de Annalita, Albert, entró.

“¿Hay algo que pueda hacer por usted, Señora?”. Preguntó él con un tono reverente.

Annalita levantó la mano.

“Compraré todos los cuadros con la firma ‘C.S.’ en este estudio. Empácalas. Oh, y otra cosa. Por favor, arregla la cuenta con mi nuera”.

Albert le echó un vistazo a Charlotte. “Sí, Señora”.

Charlotte estaba aún más sorprendida que nunca.

Ella lo había escuchado todo con mucha claridad. Annalita no solo estaba comprando todos sus cuadros, ¡sino que incluso la había llamado nuera!