Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 281

Leia Amor Adictivo de CEO Capítulo 281 El límite de Coraline - o melhor mangá de 2020

Das histórias de Internet que li, talvez a mais impressionante seja Amor Adictivo de CEO. A história é boa demais, me deixando com muitas expectativas. Atualmente, o mangá foi traduzido para Capítulo 281 El límite de Coraline. Vamos agora ler a história Amor Adictivo de CEO do autor Internet aqui.

Miranda, que ya estaba extremadamente enojada con Charlotte, estaba aún más furiosa después de ser manipulada y agitada por Tiffany. “¡Agh! Puede que le tengas miedo, pero yo no. Espera, Tiff. ¡Juro por mi nombre que esta vez haré su vida súper miserable!”.

Coraline no solo tenía una tienda de ropa para mujeres, sino que también era diseñadora de moda.

Cuando Charlotte entró en su tienda, Coraline estaba confeccionando ropa para una clienta. Charlotte se sentó a un lado en silencio y no la interrumpió de su trabajo.

Después de despedirse de su cliente, Coraline le lanzó su billetera a Charlotte. “Acabo de ganar 50 dólares esta mañana. Vamos, te invitaré el almuerzo”.

Charlotte agitó su celular y su billetera. “¿Qué es esto? Acabo de vender 11 cuadros a la vez, así que déjame invitarte el almuerzo a ti”.

“¿Ah? ¡¿Realmente sucedió algo tan grandioso?!”. Coraline envolvió sus brazos alrededor del brazo de Charlotte mientras sus ojos se iluminaban.

“Dime, ¿por qué alguien te compraría tantos cuadros a la vez? ¿Sedujiste a un jefe rico? ¡No me mientas!”.

Charlotte le guiñó un ojo y se rio. “La persona que compró mis cuadros la verdad es una jefa rica, pero no tengo la capacidad de seducir a esta compradora porque es una mujer. ¡Jaja!”.

“¿Quién demonios es ella? ¡Dime! ¡Dime!”. La curiosidad de Coraline se despertó aún más con la descripción de Charlotte.

En ese momento, una voz clara vino de la puerta. “Sabía que algo extraño estaba pasando entre ustedes dos. Ustedes dos estaban actuando tan íntimamente que no pueden decirme que me equivoco si les digo que son lesbianas, ¿verdad? Entonces, ¿vas a cerrar la tienda y harás una obra de teatro erótica más tarde?”.

Charlotte miró en dirección a la voz. No se sorprendió en absoluto cuando vio que la persona que se burlaba de ellos era Miranda.

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