Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 375

“Lo he marcado con mucha claridad”, dijo Charlotte mientras señalaba el horario.

“Bueno… Dado el hecho de que eres un hombre, siento que tengo la obligación de enseñarte algunos de nuestros conocimientos fisiológicos femeninos. Una mujer adulta tendría un día de ovulación, así que, digamos que una pareja quiere tener un hijo, tendrían la mayor tasa de éxito si mantienen relaciones sexuales antes o después de ese día. Pero no pasará nada si mantienen relaciones sexuales otros días, por mucho que se esfuercen. He marcado un círculo estos días con un bolígrafo rojo, así que, excepto estos días, no deberías venir a mi dormitorio”.

Los bonitos ojos helados de Zachary eran oscuros como dos abismales agujeros negros.

Cuando ella hablaba, se veía tan seria, tranquila e inexpresiva como una profesora de biología. Sin embargo, él, que era extremadamente bueno para controlar sus emociones, estaba molesto y estaba a punto de perder el control en cualquier momento.

Charlotte tomó un sorbo de agua para humedecer su garganta y calmarse. Después de todo, la expresión de Zachary era tan oscura que ella no se atrevió a mirarlo en absoluto.

Charlotte sintió que moriría congelada si se quedaba a su lado un segundo más. Como ella había hecho lo que había venido a hacer, sacó la lengua, se dio la vuelta e intentó irse.

Después de caminar dos pasos al frente, sintió que era muy grosero de su parte ir y venir así sin razón alguna. Como tal, ella volteó la cabeza para mirar el rostro estoico de Zachary y le ofreció una sonrisa falsa. “Gracias”.

La comisura de los bien formados labios de Zachary se contrajo.

“¿¡Por qué me estás agradeciendo!?”.

Charlotte se asustó por su mirada gélida y echó el cuello hacia atrás. La sonrisa falsa en su rostro se hizo aún más rígida mientras decía: “Gracias por seguir mi plan”.

El fuerte y poderoso Zachary ni siquiera podía sostener su pequeña taza de agua. Se le cayó de la mano y cayó al suelo con un “tun”.

Al ver que el rostro de Zachary se oscurecía cada vez más, Charlotte ya no se atrevió a permanecer en su presencia. Ella aceleró el paso y caminó hacia la puerta.

En el momento en que desapareció de su vista, sus piernas se aflojaron y se desplomó en la escalera.