Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 535

Tan pronto como Charlotte entró en la sala del segundo piso, escuchó pasos pesados ​​que venían de la escalera de caracol.

Ella quería salir y ver quién era. Sin embargo, justo cuando se estaba dando la vuelta, la puerta pesada se abrió apresuradamente y sus ojos captaron, de inmediato, una figura alta.

Primero vio el par de cejas delgadas y los ojos brillantes que se encuentran en el rostro del hombre, luego su figura alta y bien formada. Charlotte sospechaba que se trataba de una ilusión.

“Tch, tch, tch… ¿Estás tan sorprendida de verme? ¡Princesita de los Simmons!”. El hombre se acercó más y más a Charlotte mientras hablaba de una manera traviesa y juguetona.

Charlotte no se recuperó hasta que el hombre llegó frente a ella.

“¿Rufus Michaels? ¿Eres tú?”.

“¡Ja, ja, ja!”. El hombre se rio mientras sus raros ojos violetas se entrecerraron. “¿No dijiste que serías capaz de reconocerme incluso si me incineraran en ese entonces? Pero, ¿por qué, por qué la princesita de los Simmons no puede reconocerme después de cinco años?”.

'Aparte de Rufus, ¿quién más podría poseer una expresión tan malvada y rebelde mientras suena todo agudo en cada oración que pronuncia? Sino…'.

'¿El chico ordinario de hace cinco años, que parecía tan delgado como un relámpago y era más débil que una mujer, se volvió tan fuerte y robusto? ¡Solo miren a este hombre musculoso! Tiene aproximadamente la misma altura que Zachary, pero es un poco más grande en comparación con Zachary. Cada músculo de su cuerpo parece estar lleno de poder, ¡y parece intimidante!'.

'¡Rufus Michaels! ¡Ha renacido! ¿Cómo podría intimidarlo y acosarlo como antes…?'.

“¿Sigues planeando quedártelo para ti sola? ¡Dámelo!”.

“¡En este punto, sería un idiota si volviera a creer en ti!”. El hombre apuesto interrumpió fríamente las palabras de Charlotte.

“Si no lo veo con mis propios ojos hoy, no creeré en lo que dices y no será necesario que hablemos de este trato entre nosotros”.

“De acuerdo, espera, te lo mostraré ahora”. Charlotte dejó el vaso de agua en la mesa, se volteó y se dirigió a su dormitorio.

Era excusable que Rufus no confiara en ella. Después de todo, él había sufrido demasiado por ella.

Ahora, la única persona que podía ayudarla en sus esfuerzos por exponer a Lorraine era Rufus. Ella quería que Rufus viera el tesoro para poder convencerlo.