Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 555

“M*ldita seas, p*rra. Ya vete al infierno”.

Tiffany se despertó en un instante como si le hubieran vertido un balde de agua helada.

Ella conocía y entendía a Bryson. Él era un hombre que había logrado mucho. Ella había estado con él durante mucho tiempo y nunca lo había escuchado regañar a nadie. ¡Nunca había pensado que ella sería la primera persona a la que regañaría!

Aturdida, vio como Bryson y Charlotte se daban la vuelta y se iban juntos. No fue hasta que se alejaron más de 30 pies que Tiffany se recuperó un poco de su aturdimiento y gritó de manera reacia: “Bryson, ¡¿qué diablos tengo que hacer para que me perdones?!”.

La expresión de Bryson era gélida cuando dijo sin mirar atrás: “Puedes dar una conferencia de prensa, admitir todo lo que has hecho y luego tomar la iniciativa de entregarte a la policía y decirles que mataste a Michael”.

Tiffany comprendió al instante que Bryson no solo quería arruinar su vida. También quería que fuera a la cárcel.

'¡Bryson Harper! ¡El hombre que una vez me trató como si fuera un tesoro, ahora solo siente odio puro por mí! ¡No hay forma de que él y yo podamos volver a ser como éramos antes de esto!'.

Tiffany, que acababa de sufrir un colapso mental, yacía desesperada en el césped frío con los ojos cerrados. Ella no quería volver a levantarse.

Si existiera una máquina del tiempo en este mundo, cambiaría todo lo que tuviera solo para poder probarla.

Quería usarla para volver al día después de haber separado con éxito a Bryson y Charlotte para poder controlarse y ser leal a él…

De esa manera, Charlotte nunca tendría la oportunidad de separarlos y Bryson la consentiría por el resto de sus vidas.

“¡Tiffany Miller, abre los ojos!”.

Bryson también permaneció en silencio.

Él no habló hasta que llegaron a su estacionamiento secreto. “Carlie, aunque no lo logramos esta vez, todavía quiero darte las gracias. Te debo otra después de lo sucedido”.

Charlotte sacudió la cabeza. “Te ayudé porque quería devolverte el favor. Estamos a mano ahora. No nos debemos nada a partir de ahora”.

Después de decir eso, ella abrió la puerta y se subió a su coche.

Sin embargo, no pudo contener su curiosidad después de encender el coche, por lo que bajó su ventana y preguntó: “¿Podrías decirme algo? ¿De verdad no sientes nada por Tiffany?”.