Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 595

Zachary entrecerró los ojos.

“Dime tu precio”, respondió él con voz fría.

“¿Mi precio? Jeje… Siempre andas lastimando a Lory. Sabes perfectamente que ella no quiere nada más que unas simples palabras de preocupación de tu parte, un abrazo y un beso. Sin embargo, lo primero que haces es intentar usar efectivo para callarla… Pero no estás usando dinero. ¡Solo la estás apuñalando en el corazón!”.

La mirada aguda y fría que Jebediah dirigió a Zachary aumentó junto con su dolor por Lorraine.

El Zachary de aspecto regio, por otro lado, estaba tan tranquilo como el agua.

“No puedo cumplir esas condiciones, Tío Jebediah. No lo olvides. Soy un hombre casado. Me estás instando a traicionar mi matrimonio pidiéndome que abrace a otra mujer que no es mi esposa”.

“¡Zachary Connor, b*stardo!”.

El pecho de Jebediah subía y bajaba rápidamente de la rabia, como si pudiera escupir sangre en cualquier momento.

Él señaló con un dedo tembloroso el rostro de Zachary.

“Parece que no sientes ningún remordimiento por Lory. De lo contrario, no habrías hecho un comentario tan cruel. No voy a perder más tiempo hablando contigo. Me preguntaste qué quería que hicieras para compensarla. Bueno, quiero que vuelvas al hospital y le hagas compañía. ¡No! Tendrás que hacer más que eso. ¡Vas a arrodillarte ante su cama hasta que te perdone!”.

“Je”.

Zachary levantó la ceja y se burló.

“Escuché que cenaste con un cliente esta noche, Tío Jebediah. ¿Has bebido tanto que ya no eres capaz de diferenciar el bien del mal?”.

Charlotte estaba sorprendida.

Jebediah también se sorprendió.

“¿De… de qué estás hablando?”.

Los ojos de Zachary inmediatamente se volvieron terriblemente fríos.

“Fue la Tía Lorraine quien levantó un cuchillo contra mi esposa primero, por eso la pateé. De acuerdo con la ley, esto se consideraría una forma de defensa justificable. Ella se lo merecía, incluso si la mataba con esa patada. Debería agradecerme por haberle perdonado la vida”.

La mente de Charlotte quedó en blanco.

Ella no sabía por qué Zachary había decidido no evitar ese golpe.

Sin embargo, sabía que Zachary debía haber tenido sus razones para hacerlo…

“Cualquiera que te conozca sabrá muy bien lo leal y devoto que eres. Yo no soy diferente. Ahora, finalmente lo entiendo. Nunca supe realmente tu verdadera cara. Tú, Zachary Connor, eres de hecho un ingrato desalmado. Lory y yo te hemos juzgado completamente mal…”.

Jebediah, temblando por todos lados, tenía una mirada llena de angustia y decepción.

“Zachary, no eres sobrino mío y ya no soy tu tío. ¡A partir de ahora, tú y yo ya no seremos considerados familia!”.

Él odiaba seguir mirando a Zachary. Lo empujó, se dio la vuelta y caminó hacia su coche estacionado.

En ese momento, Zachary, cuyo corazón era más frío y más duro que el acero, en realidad mostró una sensación de dolor espesa y sofocante en sus pupilas heladas.

“¡Jebediah!”.

Ellos solo tenían una diferencia de dos años. Parecían gemelos, ya sea en apariencia facial o en físico.