Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 627

Jebediah se congeló.

Charlotte estaba aún más segura de su deducción, por lo que levantó las cejas de manera desafiante.

“Regresa y dile a Lorraine que puede olvidarlo”.

Ella confiaría en su propia habilidad para vengar a Bryson.

En el peor de los casos, la víbora de Tiffany, la mordería hasta la muerte, como a Bryson.

¡Ella preferiría hundirse en la gloria antes que hacer un trato con Lorraine!

Los pensamientos de Jebediah vacilaron.

Él estaba seguro de que Charlotte era una z*rra muy hábil para manipular las emociones de otras personas.

Sin embargo, no sabía la razón pero cuando veía a esta mujer frágil, pero terca e inflexible, podía sentir su corazón latir como si le hubieran arrojado una piedra al pecho.

A veces, incluso sentía que esta mujer tenía algunas chispas que a Lorraine le faltaban.

'¡M*ldita sea! ¿Cómo se me ocurre?'.

Zachary se había convertido en el títere de esta mujer. ¿Podría ser que iba a seguir sus pasos?

“¡Entonces no hay nada más que discutir entre nosotros!”. Jebediah obligó a su voz a hacerse más profunda y su mirada más fría.

“Recuerda esto, Charlotte, te di la oportunidad de vengar a Bryson, pero te negaste a usarla. Si no puedes vengarte de Tiffany en el futuro, eso no será mi problema, no te daré otra oportunidad, incluso si me lo ruegas de rodillas”.

“¡Ja!”.

Charlotte rio de manera encantadora y orgullosa.

“Entonces tú también recuerda esto, Jebediah. Nunca me arrodillaré ante un hipócrita como tú. Además, hablando de suplicar de rodillas, el día que encuentre la evidencia que demuestre que Lorraine y tú son los que me han estado atacando, tal vez consideré el hecho de que Zachary y tú son familia. Trataré de hablar bien de ti para que te salve cuando vengas a rogarme de rodillas”.

Trató de calmarse y señaló el río con su dedo tembloroso. “¿Has notado que el río es muy especial hoy? Está brillando con una deslumbrante luz violeta…”.

“¿Eh?”. Jebediah volteó la cabeza sorprendido para mirar el río.

En el momento en que giró la cabeza, Charlotte reunió toda la fuerza en su pierna y le dio una patada en el trasero.

“¡Ay!”.

Cuando dejó escapar un grito, Jebediah, que estaba parado junto al río, perdió el equilibrio y cayó de cabeza al agua.

¡Plof!

El agua salpicó en todas direcciones.

Cuando Jebediah rodó y se arrastró hacia la orilla del río, miró con saña a Charlotte y siseó. “¡Solo espera, Charlotte Simmons!”.