Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 641

Charlotte se sorprendió.

El mes pasado, Zachary se había enfermado más de una vez. Ella pensaba que Zachary se estaba reuniendo con Lorraine a menudo. Solo ahora supo que él no había visto a Lorraine en todo este tiempo…

Antes él solo se enfermaba cuando veía a Lorraine.

Ahora, ¿su condición se había vuelto tan grave que se enfermaba sin tener que ver a Lorraine? ¿Incluso pensar en ella era suficiente para causar eso?

Zachary ya se había acercado a Lorraine y casualmente abrió sus dientes blancos como perlas y sus labios finos. “Felicidades por la gran recuperación”.

Charlotte se mordió el labio con tristeza. Un agujero parecía haberse abierto en su corazón en el momento en que Zachary felicitó a Lorraine, y sus celos interminables comenzaron a brotar como locos…

Inesperadamente, el rostro de Lorraine parecía congelarse.

Desde que Zachary llegó a la escena, su mirada siempre había estado en Charlotte. Nunca había apartado la mirada de Charlotte, ni siquiera cuando estaba hablando con ella.

'Él ni siquiera me mira …'.

'Ni siquiera tiene idea de cómo se ve mi rostro después de la recuperación…'.

'Él me dijo que me felicitó por mi recuperación, pero todo eso es superficial…'.

'¿Podría ser que me he vuelto tan insignificante como un transeúnte en su mundo? ¿Será que ya no soy digna de una mirada suya sin importar cómo luzca? ¿Incluso si soy tan hermosa como un ángel o tan fea como un demonio?'.

Charlotte y Zachary descubrieron que Zenios ya estaba allí cuando entraron juntos en la habitación. Los ojos de zafiro de Zenios brillaban intensamente bajo la luz de las velas.

“¡Carlie! ¡Finalmente estás aquí!”. Los ojos de Zenios se iluminaron cuando vio a Charlotte. “Ordené que este pastel de cumpleaños fuera personalizado, sé que a ustedes les gusta más el sabor a fresa, así que le pedí al chef que agregue jugo de fresa especialmente a la crema de este pastel. Te cortaré un trozo”.

Él recogió el cuchillo y el tenedor y estaba a punto de cortar el pastel, pero una pequeña mano lo agarró de la muñeca al segundo siguiente.

Levantó las cejas con insatisfacción. “Miranda, ¿qué estás haciendo?”.

“¿No debería decirte eso a ti?”. Miranda empujó la frente de Zenios con tristeza. “Sobrinito Zenios, todo en lo que puedes pensar tan pronto como ves a tu amada es complacerla. ¿Incluso has olvidado a la dama que cumple hoy? Despierta. Hoy es mi cumpleaños. ¡Este pastel solo se puede cortar cuando yo lo diga, y eso es después de que me hayan cantado la canción de feliz cumpleaños y haya apagado todas las velas!”.

El apuesto rostro de Zenios estaba lleno de vergüenza.