Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 667

Charlotte llegó al estacionamiento aturdida.

Su mano estaba fría, y en el momento en que agarró la manija de la puerta, una mano grande agarró su muñeca con fuerza.

“¿Cómo vas a conducir en tu condición actual?”.

Ella levantó la cabeza distraídamente, y el rostro apuesto y sin emociones de Zachary apareció en su visión. Ella quería decir algo, pero las lágrimas cayeron de sus ojos cuando abrió su boca.

Zachary sintió como si alguien le estuviera clavando agujas en el corazón cuando la vio llorar. Abrió ligeramente sus finos labios, pero no dijo nada. Él se acercó y la tomó entre sus brazos.

Cuando Lucas vio que Zachary venía hacia él con Charlotte en sus brazos, rápidamente abrió la puerta por ellos.

“Señora Connor, entiendo completamente tus sentimientos ahora, pero creo que no necesitas estar tan triste. Piénsalo, Zenios no siente nada por Tiffany, así que incluso si se casara con ella, solo la trataría como si fuera invisible. Sin importar cuan descarada sea Tiffany si Zenios no dice que sí, no hay nada que pueda hacerle”.

Sin embargo, Charlotte no podía reírse.

Ella se veía apagada como si su alma hubiera sido apartado de su cuerpo. Incluso después de que Zachary la metió en el coche y se sentó a su lado, tenía lágrimas en los ojos y miraba fijamente por la ventana del coche.

Zachary se sentó a su lado izquierdo y la miró fijamente. Cuando vio que su cuerpo temblaba, no pudo callarse más y preguntó: “¿Tienes frío?”.

Fue entonces cuando Charlotte sintió un poco de frío y asintió.

“Si tienes frío, ven a mis brazos”. La voz de Zachary sonó una vez más.

'¿¡Eh!?'.

Charlotte se sorprendió.

Antes de que ella se diera cuenta, Zachary estiró su brazo derecho y la abrazó.

Aunque Zachary siempre mostraba un rostro sin emociones y parecía un témpano de hielo, su abrazo era cálido, sentía que podría derretir todas las montañas nevadas del mundo. Él sostuvo su mejilla derecha con su gran mano y presionó su mejilla izquierda contra su pecho. El poderoso latido de su corazón latía debajo de sus oídos, y su aroma único permanecía en su nariz, haciéndole cosquillas como una pequeña hada traviesa.

¡Zachary!

Ella no sabía cuándo, pero al caer en cuenta, ya se había enamorado perdidamente de este hombre que era tan majestuoso como un rey.