Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 731

El clima no era bueno hoy, y el Puente Arcoíris estaba cubierto con una espesa neblina. Era como si una capa de lágrimas cubriera la superficie de los ojos.

En este momento, Garrison estaba parado en el puente hacia el este.

Él pudo sentir que era Charlotte tan pronto como escuchó sus pasos. “El tiempo vuela, ¿eh? No nos hemos visto en 63 días. Y aquí estoy, esperándote solo por otros 63 días”.

“Ya te he dicho que dejes de venir. Tú eres el que insiste en venir aquí todos los días para torturarte. ¿Qué puedo hacer?”. Acompañada por su voz clara y elegante, Charlotte apareció gradualmente de la densa niebla.

Garrison miró su delicado rostro, su mirada traicionaba lo enamorado que estaba. “Carlie, te estás volviendo cada vez más atractiva… Aunque visualizo tu apariencia en mi mente todos los días, tu verdadera yo siempre es mucho más atractiva y seductora de lo que imaginaba”.

“¡Ya basta!”. Charlotte se sonrojó debido a la mirada de Garrison. “¡No estamos aquí para hablar de esto!”.

Era como si el corazón de Garrison hubiera sido atravesado por un objeto afilado cuando notó su mirada distante. Al mismo tiempo, un rastro de dolor brilló en sus ojos claros. “Todo esto es gracias a mi afecto por ti. Siempre me has ignorado y evitado. ¿Cómo vendrías a verme si no fuera por algo en lo que solo yo puedo ayudarte? Ahora dime. ¿Qué pasó?”.

Garrison era el hermano de Lorraine y la persona que más la mimaba en el mundo.

Por lo tanto, Charlotte sabía que, aunque le dijera a Garrison que Lorraine había envenenado a Zachary, él no le creería. Por lo tanto, ella fue directamente al grano. “Necesito pedirte un favor”.

El apuesto rostro de Garrison estaba lleno de alegría. “Carlie, sabes cuánto te amo. Siempre me evitabas deliberadamente en el pasado. Ni siquiera vendrías a buscarme cuando te encontrabas con problemas en los que podría ayudarte. Cómo me gustaría que vinieras a pedirme ayuda. ¡Estoy tan contento de que hayas venido a mí en busca de ayuda hoy!”.

Las cejas de Charlotte se torcieron.

La manzana de Adán de Garrison se estremeció: la emoción, la tensión y la confusión se entrelazaron en sus hermosos ojos. “¡Te lo prometo! Haré lo que tú quieras que haga. ¡Tienes mi palabra!”.

Charlotte se limpió las lágrimas. “Ya lo prometiste. Así que tienes que seguir mis instrucciones a partir de ahora. Harás lo que te pida que hagas”.

Garrison asintió vigorosamente. Sus ojos sombríos no podían ocultar su afecto.

Si un hombre en este mundo no tuvo pensamientos impropios sobre la mujer que amaba tanto, ¡ese hombre seguramente tenía un defecto físico!

Por lo tanto, Garrison nunca negó que había soñado hacerlo… con Charlotte…