Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 738

Ella no tenía idea de qué deseo Zachary pretendía cumplir…

¿Iba a destruir a su familia?

¿O iba a satisfacer su “felicidad”?

Sin embargo, ¡tenía demasiado miedo de preguntar!

Todo lo que había hecho era empujar sus sentimientos por un abismo, quemarlos hasta la nada.

Ahora, como su objetivo estaba cerca de cumplirse, había perdido el coraje para enfrentar las consecuencias…

“Te veré en la corte mañana a las 09:00 a.m. Trae todos los documentos relevantes”.

Zachary se obligó a ponerse de pie mientras decía esto, se dirigió a su dormitorio mientras temblaba.

Charlotte, que había hecho todo lo posible por mantener la calma, empezó a llorar una vez más.

“¿Eso significa que estás de acuerdo con el divorcio?”.

Zachary se puso rígido. Cerró la puerta de golpe y no volvió a darse la vuelta.

“¡Lárgate!”.

Charlotte se quedó mirando la puerta retumbante. Entró en un ligero aturdimiento antes de sentir de repente una ola de agonía como si agujas perforaran su corazón. Casi perdió el control y escupió sangre como Zachary.

El corazón de Lucas estaba lleno de una miríada de emociones. Sin embargo, no tuvo tiempo de ocuparse de Charlotte, ya que estaba demasiado preocupado por Zachary. Él simplemente la miró con desdén y rápidamente caminó hacia la puerta del dormitorio de Zachary.

“¿Estás bien, Segundo Amo? Señor, el doctor dijo que su vida estaría en riesgo si escupe sangre nuevamente. Estoy muy preocupado por ti. ¡Por favor abre la puerta! ¡Señor, si no abres la puerta, la derribaré a patadas!”.

“¡Vete!”.

Siempre recordaría la amabilidad que Zachary le había mostrado. Ella le devolvería las cosas que él le había dado. Si tuviera la oportunidad, haría todo lo posible para pagarle por la amabilidad que le había mostrado.

¡Boom!

Un fuerte trueno resonó en el cielo. Se produjo una fuerte lluvia.

Las grandes gotas de lluvia empaparon todo su cuerpo. La luz brillante de un relámpago brilló contra la tapa de la alcantarilla junto a ella. Siempre les había tenido miedo a los rayos, pero en este momento, no tenía miedo en absoluto. Sintió como si hubiera perdido el alma en el momento en que Zachary accedió a divorciarse de ella.

Así, ella caminó mecánicamente, como una marioneta, en medio de la tormenta.

Un brillante rayo de luz brilló hacia ella.

Ni siquiera se dio cuenta cuando un coche se detuvo a su lado.