Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 778

'Además, Sotiria puede haber perdido sus recuerdos, pero ella y Zachary alguna vez fueron tan… Si Zachary descubriera la verdad… ¡No!'.

La idea llenó a Garrison de un miedo cada vez mayor. En ese momento, tomó una decisión en silencio: esperaría hasta que él y Sotiria se casaran en Rothesay, luego se la llevaría y dejarían esta ciudad, ¡para nunca volver!

“Bien”.

Los ojos de Sotiria se llenaron de lágrimas de gratitud.

'¡Ves! Garrison es muy amable conmigo. Garrison es el único hombre que me ama de verdad. Debo ser buena con él. Zachary puede ser elogiado como la figura más noble de Rothesay, pero en realidad se ha rebajado a seducir a la prometida de otra persona solo para vengarse de él… ¿La figura más noble de Rothesay? ¡Él claramente es un imbécil! ¡Si Zachary alguna vez intenta seducirme de nuevo, le daré una patada, del tipo que merecen otros pervertidos, lo obligaré a retirarse!'.

Lucas vio a Zachary emerger de la niebla desde la distancia y se apresuró a saludarlo con una sonrisa en su rostro. “Entonces, ¿qué tal esos cinco hombres que contraté para montar ese espectáculo? ¿Cuáles son los resultados de tu batalla?”.

Zachary abrió con indiferencia sus finos labios. “Nada mal”.

'¿Nada mal?'.

Lucas jugueteó con su arete extremadamente grande. “¿Qué quieres decir, Señor? ¿Los cinco hombres que contraté para ti fueron ‘nada mal’? ¿O estás diciendo que los resultados de tu seducción con Sotiria Green en esta ronda fue… nada mal?”.

Los ojos cristalinos de Zachary brillaron al recordar el momento en que él y Sotiria estaban a punto de besarse y su reacción encaprichada y voluntaria. “Ella está completamente bajo mi control ahora. La próxima vez, haré que se rinda por completo”.

Los ojos de Lucas se abrieron por la sorpresa.

No fue por su declaración magnífica y dominante. Zachary era una persona tan destacada que ganar la sumisión total de cualquier mujer era incuestionable.

Fue la mirada en los ojos de Zachary lo que sorprendió a Lucas.

Zachary había estado apático y deprimido desde la muerte de Charlotte. Sus ojos eran como un abismo ártico: ya no había ni un destello de luz en ellos. En ese momento, sus ojos brillaban intensamente, como cristales bajo la luz del sol.

¡Habían pasado cuatro años y cinco meses!