Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 807

“Como no puedes entender lo que estoy tratando de decirte cuando te hablo como si fueras una persona normal, entonces tomaremos la ruta más difícil. Como te encanta divertirte con otras mujeres, te daré tres segundos. ¡Si no sales de mi casa, cortaré a tu pequeño pajarito para que nunca más puedas divertirte de nuevo!”.

Él no esperaba que Sotiria se volviera tan indiferente y despiadada. El hombre quedó claramente sorprendido por un momento antes de sacudir la cabeza con agravio. “Tiria, no puedo creer que te convirtieras en una persona así. Hemos hecho todo tipo de cosas íntimas cuando estábamos juntos en ese entonces. Incluso lo hacíamos 16 veces al día…”.

“¡Cierra la boca!”. Sotiria, que estaba tan furiosa que estaba a punto de explotar, dio un paso adelante ferozmente y empujó el cuchillo de fruta hacia el hombre.

“¡Aaah!”. El hombre retrocedió con ansiedad, y su talón se quedó atrapado en el umbral de la puerta. Tropezó y cayó de nalga al suelo.

Sin embargo, Sotiria seguía acercándose a él con tanta fiereza que no podía preocuparse por el dolor. Se levantó del suelo, se dio la vuelta y corrió hacia las escaleras.

Aunque Sotiria suspiro aliviada, no pudo evitar sentirse asqueada por el hecho de haber tenido una relación sucia con este desagradable hombre antes de perder la memoria.

Al ver que el hombre ya había llegado al segundo piso, ella recordó algo de repente. “Me dijiste esta tarde que una vez estuve embarazada de tu hijo. ¿Qué le pasó a ese niño?”.

El hombre se paró en la escalera, volteó la cabeza y se burló. “¡Ja! Parece que realmente has olvidado quién eres. Ya que has olvidado qué tipo de mujer eras en el pasado, déjame decirte…”.

“Quedaste embarazada de mi hijo dos veces en el pasado, pero siempre los abortabas. Nunca te obligué a hacerlo. ¡Me dijiste que un niño solo arrastraría tu vida hacia abajo, impidiéndote complacerte a tu gusto!”.

Sotiria sintió una intensa asfixia en el pecho y casi se desmaya.

Ella se aferró a la puerta con su mano derecha temblorosa. Sus dientes chocaban entre sí y abrió la mandíbula con gran dificultad. “Entonces… ¿Qué pasó después? ¿Yo… volví a quedar embarazada de tu bebé?”.